Menos de un año después de beberse los aires del Maracaná cuando sus compañeros en ronda lo tiraban hacia arriba y lo atajaban en los festejos de la Copa América, Lionel Messi volvió a disfrutar de ese ritual en otro templo futbolístico. Nada menos que en Wembley, minutos después de la impactante goleada 3-0 de la Argentina sobre Italia, que valió la conquista de la copa entre los campeones de la Conmebol y de la UEFA, en un partido bautizado como la Finalissima. “Está bueno acostumbrarse a ganar”, dijo la figura del partido.Título N° 40 en la carrera de Messi, el segundo con el seleccionado argentino, luego de tantos años de peregrinar en el desierto. Cambió la dinámica y el capitán atraviesa por su momento más feliz con la camiseta celeste y blanca. Por el juego, los resultados y la asunción del liderazgo que le conceden sus compañeros, que lo ven como el guía. “¡Que de la mano, de Leo Messi, todos la vuelta vamos a dar…”, cantó el plantel en el centro del campo. Generó el primer gol, convertido por Lautaro Martínez, y manejó los hilos del ataque. Le faltó su propio tanto, al que buscó con varios remates. Se lo negaron una pierna rival, alguna atajada de Donnarumma, la falta de una mayor de potencia y precisión. Nada que desluciera su gran rendimiento, en el que también hay que incluir su disposición para presionar la salida rival y recuperar pelota.“Hicimos un partido muy completo. En el primer tiempo se nos complicó un poquito porque no le podíamos encontrar la vuelta a Jorginho cuando manejaba la pelota. Pero con el primer gol cambió el partido, lo manejamos de otra manera. Y el segundo tiempo fue espectacular”, fue su primer resumen sobre la goleada.Chiellini agarra de la camiseta a Messi, mientras Jorginho le sale a la marcaSobre su insistencia por encontrar el gol, explicó: “Tenía ganas de hacer un gol yo también, sobre todo porque veía que el partido estaba controlado e Italia no nos generaba nada, y por ahí en alguna me la jugué de más (se le escapa una sonrisa). Quizá también tuvo que ver que nos cambiaron la pelota. Estuvimos entrenándonos con otra, a la que ya me había acostumbrado. Esta era más pesada”. Por ser el fin de la temporada, reconoció que en algún momento se sintió cansado.Consultado sobre si había sido uno de los mejores partidos de la era Scaloni, respondió: “El grupo viene creciendo, nos contagiamos, sacamos fuerza de donde no hay. Sabemos que este es el camino. Ahora tuvimos 10 días de trabajo muy buenos (por la concentración en el predio del Athletic Bilbao), un tiempo que no es habitual. Pudimos mejorar lo que ya tenemos incorporado, agregarle variantes al juego. Lo de hoy fue una demostración más de que el grupo está preparado para cualquier cosa. Siempre con los pies sobre la tierra y humildad. Como dije el otro día, estamos para pelearle a cualquiera. Contra Italia era una linda prueba porque es una gran selección. Solo por una desgracia no se clasificó al Mundial. Tranquilamente, este pudo haber sido un partido de cuartos o semifinales de un Mundial”.Lo más destacado de Argentina 3 – Italia 0
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