>LA NACION>Lifestyle16 de agosto de 202201:30Flavia TomaelloPARA LA NACIONMark llegó a Uruguay en 1996 para trabajar en una empresa fiduciaria. Carolina, uruguaya, era por entonces estudiante de arquitectura y profesora de inglés. Se conocieron a las cuatro de la mañana en una discoteca cerca de Carrasco en agosto de 1996. Se casaron tres años más tarde y tuvieron al siguiente a su primera hija. Inmediatamente partieron a Bahamas, donde vivieron por cuatro años y medio.Para 2005 decidieron volver a Uruguay, donde Mark empezó a trabajar en un banco en el World Trade Center de Montevideo. Pero se aburrieron y volvieron a armar las valijas. Esta vez con destino a Londres, donde nació su segunda hija. Para el 2010 el lugar elegido fue Suiza y la llegada de la tercera cría.Sin embargo, los nómades Mark y Carolina decidieron volver para apoyar los pies en tierra firme. Para eso eligieron una casa que convirtieron un poco en vivienda familiar mientras la restauraban y otro tanto en sueño de armar las vanguardistas oficinas de alquiler que pondrían de pie a Carrasco. Ese mismo Carrasco cruzando el charco que siempre fue el aeropuerto en Montevideo. Esa zona sobre la que se derramaba lo que no entraba en la ciudad.CarrascoSin embargo, luego de años progresivos de soledad y decadencia, comienza a convertirse en el sitio tendencia a partir de la recuperación de otros tiempo de esplendor. La punta la hacen Mark y Carolina con aquello que idearon con un objetivo y se terminó convirtiendo en el primer hotel boutique de la zona con un delicado restaurante que inauguraron en 2017.“Nos interesó hacer algo diferente, según nuestras propias reglas y capitalizando la experiencia de haber trabajado por el mundo -explica Carolina-. Por eso creamos el primer restaurante en Montevideo especializado en productos locales, con un fuerte empuje a los ingredientes orgánicos. No vendemos refrescos, salmón chileno o Malbec argentino. Cambiamos el menú cada cinco o seis semanas de acuerdo con lo que está en temporada”.Los platos son todos muy diferentes y sus propietarios se esmeran por recomendar que se prueben otras opciones. “No es para todo el mundo -sigue Carolina-. Siempre hay platos de larga cocción (Artigas pie, gigot de cordero, tira de asado), y todo es muy fresco (la pesca, vegetales). Tenemos dos opciones veganas. Cuesta lo mismo que cualquier otro restaurante de Carrasco pero con un concepto un poco diferente. Algo cultural, algo casero”.El sitio es lindo con muchas o. Se esforzaron en llenarlo con obras de los mejores artistas uruguayos de los últimos 40 años. Cada una de sus ocho habitaciones responde a un estilo, amorosamente compuesto por detalles. Montevideo es una ciudad que crece al este. Carrasco se está convirtiéndose en un polo importante de negocios. Ya es el lugar elegido para vivir para los que pueden. Es el sitio preferido de los argentinos que están llegando a Montevideo para instalarse allí y que optan por comprar casas viejas y reciclarlas.A principios del siglo pasado había una playa frente al antiguo Hotel Carrasco. Archivo La Nación.Centro de Fotografia de MontevideoLa historia de la historia Carrasco nació a comienzos del siglo XX como una alternativa de recreación balnearia para los más exquisitos, como un modo de huir de la concentración de veraneantes en Pocitos y en Ramírez, las de moda por entonces. Su faro de atracciones fue el legendario Hotel Casino Carrasco, una monumental construcción de estilo francés que fue totalmente reciclada y hoy alberga al Sofitel de la ciudad que ha conservado su apostura.El sitio es espacioso, las payas son generosas, los acantilados brindan carácter, las caminatas se cobijan bajo los árboles y las cigarras que rompen la quietud cansina de la tarde montevideana. La rambla se pierde para donde se mire. Pero además de las calles tranquilas, la arena abundante y las olas, Carrasco se está convirtiendo en el sitio al que se trasladan las empresas, se comienzan a abrir los restaurantes de moda y se descubren atractivos para detenerse un rato largo.De paseo por CarrascoEl sitio se desperezó en las primeras décadas del siglo XX. Los habitantes de la zona son afables. Amantes de Colonia Express y su servicio flexible, como a medida. Interesados en lo profundo y no lo veloz. Bajo esa idea construyeron una micro ciudad más uruguaya que la propia Montevideo. Con el paseo comercial de la Avenida Arocena, Club Carrasco Lawn Tennis y Portones Shopping. Espacio Ciencia (Museo Interactivo de Ciencia y Tecnología) es un sitio que propone desde darle una mirada a un hormiguero por dentro, hasta meterse entre campos electromagnéticos. Para el que se anima, se puede, incluso, abordar un transbordador.El hotel por dentroGalartija es un espacio multifuncional que se levantó en una antigua casa de la zona. Pensada para los más chicos, éstos se descalzan al entrar y liberados de aquello que los ata a lo concreto, se sumergen en tres áreas lúdicas organizadas para diferentes edades de 3 a 12 años.Una mención especial merece el recorrido por la manzana de la calle Sir Eugen Millington Drake, Eduardo Acevedo Díaz, Arocena, Lieja y Mones Roses. Allí, una galería exclusiva de cipreses calvos acompañados de liquidámbar toma la manzana y confiere de un ambiente único al paseo. Una fiesta de colores que para los momentos de menos temperatura se llena de naranjas, rojos y bordó profundos.Hotel CarrascoUna recorrida escultural también esconde sorpresas. Por ejemplo, en la explanada del Hotel Carrasco se encuentra “el Acecho”, réplica de la obra del francés Victorien Tournier, hecha en 1916, cuyo original se encuentra en el jardín del Hospital Sainte Anne de París. La escultura La Espina del italiano P.E. Fiaschi, inaugurada en 1916. Jardines delanteros del Hotel Carrasco, 1928. También de Fiaschi es el conjunto escultórico “La vendimia” (1916) que resalta la plazoleta delante de la explanada del casino.De comer no se escapaMuchas opciones gastronómicas se amontonan entre las callecitas que transitan acomodándose a la costa. Arocena, Schroeder, Rostand y Cambará son las calles principales del barrio en donde se enfilan uno detrás de otro los nuevos restaurantes.Si de trendy se trata, hay que quedarse con Manzanar, un proyecto gastronómico que tiene sangre de familia. Las hermanas Victoria y Jimena Barbero crecieron en las playas de José Ignacio, viendo a su papá darle vida al restaurante que se convirtió en una leyenda: La Huella.Manzanar, lo más trendy de la zona.“Nuestro padre tuvo el primer restaurante cuando yo tenía un año y Jimena tres -recuerda Victoria-, entonces para nuestro proyecto buscábamos algo que tuviera una cercanía con el mar”. Eligieron el primer sitio que visitaron porque, según cuenta, el espacio las llamó. Justo frente al Sofitel inauguraron Manzanar en un galpón qué tenía 12 años de cerrado. “Tenía tanto el recuerdo de Manzanares, la histórica cadena de almacenes que lo utilizaba y nos recordaba a la playa Mansa donde crecimos…, era como empezar de cero y retomar una historia que a todos nos generaba cosas lindas”.La esencia de Manzanar es la sinergia de los tres: la unión entre la experiencia que lleva papá Gustavo de tantos años de trabajar en este rubro y las locuras de las chicas. Cada plato que sale es testado y aprobado por todos. Intentan que el producto llegue cuidado, sin ser tapado con artificios, “sino que solamente lo ayudamos un poquito para que brille, nos enfocamos mucho en elegirlo- afirma Verónica. El producto tiene que ser honesto para que la realidad del plato esté increíble”, completa su hermana.Los BarberoFresco y relajado, Manzanar es un proyecto familiar que une la experiencia de hace 25 años de Gustavo y la juventud de Victoria y Jimena, deseosas de poner en práctica lo que aprendieron desde niñas. La cocina está a cargo del uruguayo Alejandro Morales y la argentina Vanina Canteros. Las preparaciones son a base de fuegos, con cocciones en horno de barro a leña, parrilla a las brasas y horno de hierro a carbón. Pesca del día a la parrilla, tiraditos de pescado, sushi, pizza verde con huevo y rack de cordero componen una carta acotada donde se destaca la frescura del producto. No te vayas sin llevarte puesta una crème brûlée de dulce de leche preparada por la mano de la pastry chef Florencia Courrèges. La barra no para, con tanto dinamismo como el propio barrio de Carrasco que acaba de reverdercer con una nueva juventud que le queda como pintada.Flavia TomaelloSeguí leyendoSe puede visitar. Lo que oculta el imponente castillo bonaerense que todavía pertenece a la familia de Felicitas GuerreroTras dejar Argentina. Atravesó episodios angustiantes, hasta que llegó a un pueblo piamontés y se llevó una sorpresa inolvidableConforme a los criterios deConocé The Trust ProjectTemasTodo es historiaViajesMás notas de Todo es historiaComió de la basura. Trabaja como delivery en Dinamarca y aprovecha el duro invierno para ahorrar: “En 8 horas hago 400 dólares”Es argentino. Forma parte de un proyecto revolucionario en Qatar: “Todos los días serán una final”Tutankamón. El archivo privado del explorador que dirigió el mayor descubrimiento arqueológico de la historia
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