Los hábitos de consumo cambian. Hoy en día, la sociedad demanda una alimentación saludable, pide conocer el recorrido que hicieron los productos para llegar a sus mesas y valora que su producción se haya hecho de forma sustentable. Ponerse a la altura de estas exigencias es uno de los principales desafíos y oportunidades que enfrentan las empresas del sector agropecuario argentino.De eso es de lo que hablaron Ricardo Yapur, CEO Rizobacter; Verónica Tiberi, gerenta de Producto y Desarrollo de Tecnologías y Servicios de YPF Agro, y Pablo Tamburo, gerente general de Argensun, en la 7º edición de Negocios del Campo: “Los referentes del futuro y las perspectivas de un sector clave”, organizado por LA NACION.LA MESA DE ENLACE PIDIÓ “IR HACIA UN SINCERAMIENTO DEL DÓLAR OFICIAL”“La tendencia por la alimentación saludable y funcional es algo que llegó para quedarse, entonces entender eso y tratar de aprovechar la potencialidad que tiene el campo argentino es uno de los factores claves del éxito”, indicó Tamburo.Para el ejecutivo, la clave está en entender bien cuáles son las preferencias de los consumidores que están en distintas partes del mundo y cuáles son las tendencias hacia las que se van las nuevas generaciones. Por eso, por ejemplo, detalló que además de girasol confitero, la empresa es abastecedora de maíz pisingallo, de ciruela deshidratada, almendras, nueces, entre otros productos. “Son un montón de productos que los denominamos dentro de alimento funcional porque uno los puede consumir de acuerdo a lo que uno necesite”, indicó.Además, remarcó que los consumidores empiezan a fijarse cómo fue el proceso de elaboración del producto. Algo que, destacó, “está directamente relacionado con el triple impacto que es cuál es compromiso en lo social, económico y ambiental de esa empresa que está llevando a la mesa un alimento”.Se apunta a atender las necesidades de la sociedadFabián Malavolta“No alcanza solamente con decir que un producto es de calidad, sino que se agrega una dimensión que es importantísima, y que nos tendría que preocupar a todos, que es cómo las empresas hacemos lo que hacemos de manera sustentable y, obviamente, ser genuinos y consistentes. Es decir, que podamos certificar lo que decimos”, dijo.Prácticas agrícolasEn esa línea, también para dar respuestas a consumidores que requieren cada vez más prácticas agrícolas sostenibles desde el punto de vista ambiental, Yapur destacó el rol protagónico de los bioinsumos.“Llegado un momento de la evolución de los químicos, la sociedad empezó a demandar productos más limpios y sanos para el consumo directo. Los científicos empezaron a mirar que en el suelo existen hongos, bacterias y elementos vivos que son capaces de biocontrolar otras enfermedades, entonces se terminaron desarrollando productos biológicos que son los que controlan enfermedades y que compiten en algunos casos con los fitosanitarios químicos”, indicó.EL CAMPO TIENE TODO PARA EXPLOTAR SU POTENCIAL: QUÉ NECESITA PARA HACERLOSegún Yapur, en un mundo que está reclamando cada vez más alimentos el uso de los fitosanitarios “es clave” porque “si no tendríamos que usar prácticamente el doble de la tierra arable o cultivable para producir lo que estamos produciendo en cantidad de toneladas para alimentar ese mundo”. No obstante, en contexto, remarcó que también se demandan que los sistemas productivos sea sustentables. Es ahí en donde destacó la importancia de los bioinsumos.“Los biológicos lo que aportan es una disminución del uso de químicos y una menor agresión sobre el medio ambiente y mejor diálogo con la sociedad que demanda alimentos con menos aporte de químicos”, dijo.Con mira al futuro sostuvo que el mundo de los biológicos va a crecer cada vez más. “El futuro que vemos y lo que está pidiendo la Comunidad Económica Europea es que para el 2030 se reduzca el 50% el uso del uso de los fitosanitarios químicos; eso nos va a llevar a que ese mercado potencial podría ser de 30.000 millones de dólares”, dijo.Por su parte, Tiberi contó la trasformación del modelo de negocio que está llevando a cabo YPF Agro también para dar respuesta a las nuevas formas de consumo. En rigor, están pasando de un modelo de negocio meramente transaccional de oferta de agroinsumos a un negocio en el que prevalezca la oferta de servicio.Al respecto, explicó que la idea es brindar “soluciones integrales” para los productores. Es decir, además de fertilizantes, fitosanitarios, biológicos, semillas, acompañarlos con “distintas capas de servicio que están diseñadas de acuerdo a las necesidades de los productores”.Para ello, detalló que cuentan con una plataforma abierta en donde los productores pueden encontrar desarrollos locales y nacionales productos de su trabajo con Y-TEC, Conicet y también las soluciones de otras compañías. Contó que en lo que es productos y servicios tienen el sistema Integra, con entrega de los fitosanitarios a granel. “Atendimos una necesidad de los productores agropecuarios locales, que es la mejora de los envases vacíos, que descubrimos que era un dolor para los productores”, indicó. Todo ese sistema está trazado con blockchain desde que sale de la planta formuladora hasta que llega al campo del cliente.Pilar VazquezTemasActualidadNegocios del CamposustentabilidadConforme a los criterios deConocé The Trust ProjectOtras noticias de Actualidad”No podés venir acá”. Un video muestra cómo desde un gremio no quieren que trabajen los empleados de una pyme lácteaCampo. La Mesa de Enlace pidió “ir hacia un sinceramiento del dólar oficial”Divisas, empleo y territorio. El campo tiene todo para explotar su potencial: qué necesita para hacerlo