El Matadero de Carhué, una obra del “arquitecto de las pampas” hoy abandonada. (Enrico Fantoni/)Salamone no solo diseñó los edificios y monumentos públicos, sino también el mobiliario interior. (Enrico Fantoni/)La estatua del Cementerio de Azul. (Enrico Fantoni/)Detalle del Cristo en la cruz del cementerio de Laprida. (Enrico Fantoni/)El matadero de la ciudad de Azul. (Enrico Fantoni/)El edificio municipal de Coronel Pringles, construido en 1938. (Enrico Fantoni/)Detalle de un mobiliario diseñado por Salamone. (Enrico Fantoni/)Uno de sus tantos mataderos en Azul, Coronel Pringles, Villa Epecuén y Guaminí, entre otros. (Enrico Fantoni/)La municipalidad de Guaminí, por dentro y por fuera. (Enrico Fantoni/)Salamone no solo diseñó cantidad de edificios llenos de detalles, sino que también pensó, diseñó y mandó a producir todo lo que iba adentro: desde las luminarias hasta los picaportes, con preferencias por materiales nobles. (Enrico Fantoni/)Una imponente luminaria en el hall de la municipalidad de Alberdi. (Enrico Fantoni/)Banco de plaza diseñado por Salamone. (Enrico Fantoni/)El Cristo en la cruz del cementerio de Laprida. (Enrico Fantoni/)La escarapela argentina rediseñada por Salamone. (Enrico Fantoni/)Interiores del Edificio Municipal de Coronel Pringles. (Enrico Fantoni/)El Palacio Municipal de Adolfo Alsina, hoy en proceso de restauración. (Enrico Fantoni/)