Treinta y cinco días después de haber recibido el encargo del Rey, Alberto Núñez Feijóo llega a su debate de investidura con los mismos 172 apoyos con los que partió. Ni uno más. A pesar de que intentó un acercamiento frustrado a Junts per Catalunya, un partido al que el PP tachaba prácticamente de golpista, y de que insistió en llamar a la puerta del PNV, que contestó con sucesivos portazos, el líder del PP no ha conseguido en cuatro largas semanas amarrar ningún respaldo más de los que le granjearon el encargo de Felipe VI. Al final de esta semana, salvo sorpresa mayúscula, se quedará a cuatro escaños de la mayoría absoluta, con el apoyo de los 137 diputados del PP, los 33 de Vox, un diputado de UPN y otro de Coalición Canaria. Feijóo tratará de argumentar esa derrota parlamentaria como una “renuncia” personal a no ser presidente al no haber querido aceptar las condiciones de los independentistas catalanes. El alegato contra la amnistía marcará su discurso en el debate, ideado por el PP para reforzar su liderazgo en la oposición, sin que esté claro, sin embargo, por cuánto tiempo lo ostentará.Seguir leyendo
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