El excandidato a Presidente avanza en la reorganización de su partido. Aceptará trabajar en Estados Unidos, pero quiere estar dos semana al mes en Argentina. Hará valer su poder en la provincia de Buenos Aires. La vicepresidenta saliente le dice a los suyos que negocien sin ella, y deja en manos de los gobernadores los acuerdos del Senado. Tras la derrota nadie se anima a hablar de nuevos liderazgos. En la transición buscarán mostrarse ordenados. Leer más