Imágenes inéditas de la celebración de la boda de Mayte Zaldívar y Julián Muñoz con Rappel como invitado de honor

El pasado viernes salía a la luz la noticia más sorprendente de los últimos tiempos. 20 años después de su separación tras la irrupción de Isabel Pantoja en sus vidas, y con Julián Muñoz luchando contra una grave enfermedad, el exalcalde de Marbella y Mayte Zaldívar se han casado por segunda vez.

Una boda que se celebró ante notario el pasado 30 de enero y que la pareja celebró hace unos días en un restaurante de Málaga con sus hijas, sus nietos, el novio de la hostelera, Fernando Marcos -con el que sigue tan feliz como el primer día a pesar de su matrimonio con su exmarido, que sufre un cáncer galopante- y amigos íntimos como Rappel, que es quien ha confirmado este inesperado paso que han dado Julián y Mayte.

Y ahora ven la luz las imágenes de ese día, en el que los ‘recién casados’ se mostraron felices y derrocharon sonrisas ante las cámaras con el vidente, sin imaginar que no tardaría en hacerse pública su segunda boda. La ‘excusa’ con la que Zaldívar invitó a comer a sus seres queridos fue la de celebrar su cumpleaños, aunque una vez en el interior del local ella y el exalcalde anunciaron que volvían a ser marido y mujer.

“Vamos tirando. Estoy sobreviviendo, que es mucho” revelaba Julián, emocionado ante su reencuentro con Rappel, que no dudaba en decirle “estás igual, de verdad, me cago en la leche”, intentando quitar hierro a su deterioro físico.

“Rappel es una de las personas más importantes que tengo, y no os vamos a contar todas las intimidades pero para nosotros no hay secretos” añadía una radiante Mayte tras la comida en la que había contado al vidente su ‘reboda’ con el padre de sus hijas. “No tengo ningún secreto que no sepa él, lo sabe todo. Pero vosotros no sabéis nada” decía divertida a la prensa, sin imaginarse que no tardaría en salir a la luz su matrimonio con Julián.

Como reconocía el adivino, había visto al ex de Isabel Pantoja “delicado” pero destacaba lo “bien cuidado” que está por sus seres queridos: “Hay que ser realista, pero lo más importante es el cariño que tiene. La mejor vacuna, el mejor tratamiento ahora mismo es el amor de su familia, que le están dando mucha fuerza, mucho apoyo, mucho amor, y él se va manteniendo y recuperando poquito a poquito”.

“Pero bueno, la verdad es que él ahora, voy a decir una intimidad, y está su señora delante, él ahora reconoce que lo más importante que ha tenido en su vida, y quien es esta señora. Para él, Mayte es, y dice: ‘ahora me doy cuenta, de lo que vale Mayte, de la mujer más maravillosa que he tenido y tengo en mi vida, que ella es todo, ella ha sido todo y será todo hasta el último día de mi vida’. O sea, realmente, ahora se da cuenta de lo que vale la esposa que ha tenido, y que lo está demostrando por sus sentimientos, por su cariño, por su interés, es el padre de sus hijos, pero cómo lo está cuidando, cómo lo está atendiendo, sus hijas lo adoran, y él está feliz de sentirse rodeado de ese amor y de ese apoyo que le están dando su familia. Creo que es muy importante cuando tienes una edad y encima estás delicado, sentirte querido y valorado y apoyado por tu familia es algo muy gratificante, y Julián lo tiene, ese cariño” añadía Rappel, desvelando sin darse cuenta que Mayte es la “señora de Julián”.

Una celebración en la que Rappel y Zaldívar también hablaron de Bárbara Rey -con la que ambos se llevan muy bien- y de su guerra familiar con su hijo Ángel Cristo, al que el vidente define como “un chico estupendo independientemente de los problemas que tenga con su madre”. “Bárbara es una madraza, lo es, lo será para siempre. Y Bárbara adora a su hijo. Y su hijo la adora a ella” añade Mayte.

“Entre madre e hijo un día se regaña como todo. Una madre querida y un hijo muy querido, un día discuten, pero a los dos minutos pierde los vientos por él. Bárbara ha sido muy buena y es muy buena madre, muy buena persona, y su hijo es un chico estupendo. Y yo le quiero mucho y le deseo todo lo mejor del mundo” confiesa Rappel, convencido de que si “ha metido la pata, pedirá perdón y el cariño de la madre lo va a tener siempre y la madre el del hijo, no pasa nada”.

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