Los pueblos del virus del Nilo, entre el miedo y la indignación: “Hay una prevención que no se ha hecho, llevamos años diciéndolo”

Fumigaciones en Isla Mayor, Sevilla, frente al virus del Nilo (Imagen de archivo) (AYUNTAMIENTO DE ISLA MAYOR/)La Junta de Andalucía ha registrado esta semana 13 nuevos casos del virus del Nilo, sin contar con los útlimos dos que se han registrado en Extremadura este sábado. Se reparten en varios municipios sevillanos (seis personas de Dos Hermanas, tres de Coria del Río, una de La Puebla del Río, otra de Mairena del Aljarafe y una en Alcalá de Guadaíra) y en Campofrío (Huelva). Once de ellos ya se encuentran dados de alta, pero el virus no desaparece: se ha detectado su presencia en las localidades Gelves y Dos Hermanas (Sevilla), así como en Barbate y Jerez de la Frontera, (Cádiz). El Virus del Nilo Occidental (VNO) también se ha encontrado en mosquitos capturados de La Puebla del Río, Coria del Río y Palomares del Río, según comunicó la Estación Biológica de Doñana.Desde la detección del primer caso en 2004, la enfermedad se ha extendido por España hasta considerarse endémica. El mayor brote se vivió en 2020, cuando el país registró 77 casos y 8 fallecidos. Las cifras no son tan altas ahora y los ayuntamientos aseguran que más que miedo hay “respeto” frente al mosquito. Sin embargo, el brote de contagios generado este 2024 ha hecho saltar la preocupación entre algunos ciudadanos: un millar de personas se manifestaron el pasado lunes en Coria del Río (Sevilla) para exigir mayores controles y medidas eficaces contra los mosquitos.Juan José Sánchez, vecino de La Puebla del Río, convocó la concentración a través de un grupo de Facebook que reúne a cerca de 3.000 personas, alarmadas por la incidencia del virus. “Vivo a dos calles del foco y la verdad que me tocó la sensibilidad”, explica Sánchez a Infobae España. Tras enterarse de los ingresos de varias personas en estado grave a consecuencia de la fiebre del Nilo, entre ellas la mujer de 86 años fallecida el pasado mes de julio, decidió crear una comunidad en redes sociales para comentar la situación. “Éramos 1.500 personas en seis horas y ahora [un mes después de la creación] somos casi 3.000″. En Lucha contra virus Nilo, comparten información sobre las medidas que toman ayuntamientos y la Junta de Andalucía, que no les parecen suficientes.“Hemos conseguido con la concentración, pacífica pero ruidosa, que se sienten una vez por semana los técnicos de la Junta con Diputación y los ayuntamientos afectados. También hemos conseguido que se fumiguen los cultivos de arroz”, asegura el sevillano. Los vecinos han prometido volver a manifestarse el próximo 2 de septiembre, esta vez en el municipio de Isla Mayor.“La mayoría de los casos son asintomáticos”Pese a la preocupación de enfermar, “el 80% de los casos de humanos son asintomáticos”, asegura Jordi Figuerola, investigador del CSIC en la Estación Biológica de Doñana. “La persona ni se entera de que le ha picado un mosquito con el virus del Nilo, desarrolla anticuerpos y fin del problema”. Un 19% de la población sí puede desarrollar la fiebre del Nilo, pero padece síntomas “muy generales y muy leves: un poco de fiebre, dolor de cabeza, malestar general o alguna erupción cutánea”, explica. “El problema es el 1% de los casos que pueden desarrollar síntomas graves”, señala Figuerola. Estos pacientes más vulnerables pueden sufrir encefalitis, meningoencefalitis o incluso “puede llegar a la muerte”.“Normalmente, es gente mayor, gente inmunodeprimida o, por ejemplo, que ha tenido un trasplante de órganos y está tomando inmunodepresores para evitar el rechazo del órgano”, enumera el investigador. Puntualiza, no obstante, que estos casos más graves pueden darse en personas jóvenes. “Todavía no sabemos claramente qué es lo que hace que una persona sea asintomática o desarrolle síntomas graves”, aclara.“Si no haces el control en junio puedes acabar teniendo un brote del virus”Figuerola destaca que la contención del virus del Nilo “pasa por una prevención que no se ha hecho”. Insiste en la importancia de actuar en los cultivos de arroz, que genera mosquitos. “No se puede cultivar arroz sin tomar medidas para proteger a la población de los mosquitos que van a nacer en esos arrozales. Llevamos diciéndolo años y no hay manera de que entre en la cabeza de los arroceros y las administraciones”, critica.De haber trabajado con antelación, habría bastado con usar BTI (Bacillus thuringiensis), una bacteria utilizada para matar a las larvas de los mosquitos y que no presenta ningún peligro para el ser humano. “Si no haces el control en junio, que es cuando se inundan los arrozales, cuando ya tienes dos adultos puedes acabar teniendo un brote de virus del Nilo, que es lo que ha pasado este año”. Llegados a este punto solo hay dos alternativas, afirma el investigador. La primera es disminuir la abundancia y la supervivencia de los mosquitos a través de la fumigación. “Ahora mismo se están haciendo tratamientos adulticidas [contra mosquitos adultos] en las zonas habitadas y alrededor de los núcleos urbanos y esto se combina con tratamientos larvicidas”.Sin embargo, este sistema no es tan efectivo. “El producto tiene que llegar a estar en contacto con la hembra de mosquito. Y ahí está el problema. Si tú fumigas de día, la hembra de mosquito está refugiada. Si la hembra está metida en una tubería, en el hueco de un árbol o debajo de una hoja grande de una planta, ese producto no va a llegar a contactar la hembra de mosquito. Entonces hay que repetir esos tratamientos”, explica.La segunda estrategia consiste en evitar el contacto de los mosquitos con humanos. “Usar mosquiteras, repelentes y evitar estar fuera a primera y última hora del día, porque es cuando estos mosquitos están más activos y cuando es más fácil que nos piquen”, recomienda.

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