EE UU: el gran capital que apoya a Trump considera prescindible la democracia

Los peores enemigos del capitalismo son los capitalistas. Sus partidarios son sus enemigos. En las crisis mayores del sistema, los adversarios más potentes no han sido sus alternativas teóricas, sino una parte de sus potenciales aliados, de sus protagonistas, de aquellos que decían creer en él hasta el fin, hasta el abuso, utilizando la falta de controles en su propio y exclusivo beneficio (otra vez las élites extractivas), sintiéndose más listos, más guapos y más informados que el resto de los ciudadanos. Joseph Stiglitz cierra el silogismo: la Gran Recesión y demás crisis económicas del último cuarto de siglo han hecho más daño a los valores fundamentales de la democracia que cualquier régimen totalitario; si no se encuentra la capacidad de intervención pública que pueda resistirse a la detonación de los mercados y haga compatibles los intereses contrapuestos de la sociedad global, no podrá hablarse de democracia.Seguir leyendo

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