Estados Unidos acude a votar este martes en unas elecciones ajustadísimas cuyo resultado tendrá consecuencias trascendentales más allá de sus fronteras. En Rusia o en Israel esperan una victoria del candidato del Partido Republicano, el expresidente Donald Trump, que también alentaría a gobiernos ultras como los de Argentina o Hungría. En Bruselas y en Ucrania confían en que la ganadora sea la candidata del Partido Demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris, que mantendría la relación actual con la UE y el respaldo a Kiev frente a la invasión rusa. En China, los funcionarios de la segunda potencia mundial se muestran escépticos sobre la posibilidad de que el diálogo con Washington mejore sustancialmente durante los próximos cuatro años.Seguir leyendo