Vídeos de inmigrantes haitianos votando de manera ilegal por la candidata presidencial demócrata, Kamala Harris, en Georgia. Imágenes de votos ardiendo en Pensilvania. Intentos de entrar en el móvil del aspirante republicano, Donald Trump. Son solo algunos de los ejemplos más recientes acerca de cómo potencias extranjeras —Rusia e Irán, pero también China— y otros países, como Cuba, aceleran sus intentos de interferir en las elecciones estadounidenses de este martes para, cuando menos, sembrar la duda sobre la limpieza de su resultado, según alertan los servicios de inteligencia en Washington. En el peor de los casos, para alentar a los ciudadanos a votar a un candidato u otro en una elección clave con implicaciones en todos los tableros internacionales.Seguir leyendo