Una de las peores restricciones que enfrenta un político en el poder es que el juicio sobre su obra nunca se emite en el momento mágico en que todo parece funcionar a su antojo. Javier Milei da señales de vivir ese sentimiento frustrante. Pasa del triunfalismo de proclamar el suyo como “el mejor gobierno de la historia” a exigir prudencia a sus funcionarios, porque “el partido está 2 a 0 pero van solo 22 minutos”.La metáfora futbolera les quedó grabada a los ministros que fueron el jueves a la cena de fin de año organizada por los hermanos Milei en la residencia de Olivos. Tan desbordante era el optimismo que esta vez nadie intentó cobrarles el cubierto. Aun así, el Presidente se preocupó de reforzar el vértigo que sienten casi todos los que lo acompañan ante la fragilidad sobre la que aún se asienta el giro económico de la Argentina.Milei cita a su admirado Carlos Bilardo, que solía decir que ir ganando 2 a 0 representa la peor situación en el fútbol. El que va ganando -sostenía- se relaja y si el rival hace un gol consigue tal impulso anímico que puede abrirle el camino a dar vuelta el resultado.Milei y su gabinete, en la quinta de Olivos@madorniEn la composición del juego que hace Milei el peligro no está en la política, sino en la economía. Al final de su primer año como presidente (22 minutos de 90) las encuestas de opinión corroboran la percepción victoriosa que reina en la Casa Rosada. Sus goles fueron la reducción de la tasa de inflación y la calma cambiaria, y esos logros acentuaron por contraste el desprestigio de la dirigencia preexistente.Los días previos a 2025 sonaron algunas alarmas que justifican la cautela en medio de la fiesta libertaria. En una semana de tres días hábiles, el Banco Central pasó de comprador neto de dólares a vender U$S803 millones. Hay factores específicos -importaciones demoradas ante el fin del impuesto PAIS- que explican este fenómeno y que permiten descartar que sea el inicio de una etapa de estrés cambiario. Pero empieza a ponerse sobre la mesa un debate crucial para lo sucesivo: ¿alcanzan el equilibrio fiscal y las reformas estructurales para compensar los problemas que genera en la economía el “dólar barato”?Este viernes se conoció que tres grandes empresas agropecuarias –Red Surcos, Los Grobo y Agrofina- están en situación de default por serios problemas de liquidez. La combinación de un peso revalorizado con retenciones sin cambios desata una tormenta perfecta en el sector más competitivo de la Argentina, con costos en alza y márgenes de rentabilidad mínimos.El Gobierno se muestra confiado en pasar el verano sin sobresaltos, a pesar de la trampa que significa el boom del turismo en el exterior y la demanda de los importadores. Quedan tres meses hasta el inicio de la cosecha gruesa. El mercado está en pausa a la espera de que llegue Donald Trump a la Casa Blanca y empiece a dilucidarse qué clase de acuerdo sellará la Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI). La tasa de riesgo sigue a la baja aunque el país mantiene su condición de vulnerable a los shocks externos: el año se cierra con reservas netas en un rojo de US$10.000 millones, similar al punto de partida de Milei.Mauricio Claver-Carone, el hombre de Trump para América LatinaArchivoNo ayudó a alimentar el optimismo la designación de Mauricio Claver-Carone como enviado especial de Trump para América Latina. Hay que recordar que este abogado cubano-americano decía, tan lejos como agosto pasado, que Milei “está trabajando a nivel doméstico en políticas peronistas de reforzar el peso argentino, de seguir buscando maneras de gastar reservas para reforzar el peso en vez de ir por la liberalización de la que tanto habló en las elecciones”. Claver arrastra un viejo rencor contra el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, a quien acusa de haber promovido su expulsión de la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en 2022, cuando representaba en el directorio al gobierno de Alberto Fernández. El retorno al poder puede haber aplacado su resentimiento, aunque en el mundo trumpista ese sentimiento funciona como un combustible vital. O puede ser que el presidente norteamericano opte por el pragmatismo y lo libere de involucrarse en el caso argentino.El dólar barato es una pieza fundamental del rompecabezas electoral de los libertarios. Le permitiría mantener la reducción de la inflación y acentuar el impacto del repunte en la actividad después del recesivo 2024. La campaña del Gobierno incluirá una fuerte apelación al aumento de los ingresos medidos en dólares, como una forma subliminal de transmitir la idea de que Milei cumplió con su promesa de dolarizar la economía. Como en todo relato, se oculta una parte incómoda; en este caso, el aumento equivalente del costo de vida medido en divisas.Uno de los más sofisticados trucos de la comunicación de Milei consiste en llenar su discurso de números y ecuaciones matemáticas mientras apela, en realidad, a los sentimientos del oyente. El líder es el que sabe, el que “la ve”. No se requieren más pruebas que la calma que produce en las calles la ralentización inflacionaria y el tipo de cambio planchado.El drama de “los mandriles”Ese recurso le permitió blindar el apoyo de la mitad y un poco más del electorado que lo votó en el balotaje contra Sergio Massa. También le resulta eficiente para desintegrar a su oposición y dejarlo solo en el debate de ideas. Discutirle implica entrar en la infausta jaula de los “mandriles”. Llama a sumarse a su cruzada a todos los que quieran defender las “ideas de la libertad”. Les ofrece una suerte de coalición del dólar barato y la inflación baja, unida por una fórmula exitosa antes que por valores compartidos.El dominio de Milei sobre el tablero político quedó en evidencia esta semana con tres episodios sucesivos de enorme significación.La reunión de diputados radicales con Javier Milei y Patricia BullrichEl primero fue la reunión que mantuvo con un grupo de diputados de la UCR en la Casa Rosada. Dirigentes centrales del partido con más apego a su historia y su tradición peregrinaron en busca de una promesa electoral al despacho de un líder que trató a los radicales de “colectivistas fracasados” y que llamó “golpista” a Raúl Alfonsín. A los cinco legisladores que ya se asumían como un apéndice de los libertarios se sumaron el jefe del bloque, Rodrigo de Loredo, y otras figuras como el mendocino Julio Cobos.La cumbre ahondó la fractura con el sector opositor del radicalismo, que maneja resortes institucionales del partido, pero no tiene anclaje territorial. Se exponen, unos y otros, a una sangría de bancas nacionales. Los gobernadores, alarmados, optan por un sálvese quien pueda: desdoblan elecciones y se inclinan ante Milei. Algunos extrañan los días felices en los que eran el furgón de cola del macrismo.Jorge Macri y Laura Alonso, en el anuncio del desdoblamiento electoral porteñoEl Pro atraviesa su calvario particular. La decisión de Jorge Macri de anticipar las elecciones para la Legislatura porteña fue un movimiento táctico defensivo que marcó el segundo hito político que expuso la contrariedad que provoca Milei en el sistema político.El acuerdo entre el Pro y La Libertad Avanza (LLA) se fue convirtiendo en una quimera. Milei no quiere un pacto, sino una rendición. Prefiere fichar dirigentes de a uno antes que una negociación de cúpulas. Envió un ultimátum claro cuando dijo que quiere acuerdo “en todos los distritos o en ninguno”. No le ve ningún sentido a sentarse a “poner todas las ideas sobre la mesa” como le sugirió Mauricio Macri en respuesta a su tuit navideño. Porque cree que los votantes macristas ya se mudaron a su territorio.Los Macri ponen en duda esa afirmación libertaria, pero actuaron como quien siente que su fortaleza está bajo asedio. Al separar las elecciones priorizan defender la casa matriz del Pro y no dejar la gobernabilidad de la ciudad al arbitrio de las discusiones nacionales que puedan sucederse con el mileísmo. A LLA no le sobran figuras para dar batalla en dos campañas paralelas y se asume que pondrá la energía en ganar legisladores nacionales. Jorge Macri se despega de lo que pueda pasar en la elección para el Congreso, en la que principalmente se juzgará la gestión de Milei y una eventual lista separada del Pro podría quedar en un espacio difuso.Pilar Ramírez y Karina MileiTwitterEl Presidente respondió con hostilidad. Pilar Ramírez, la delegada de Karina Milei en la Ciudad, dijo que era “un manoseo institucional” digno de los feudos de Formosa o Santiago del Estero. En la Casa Rosada dicen que lo que hizo Macri califica en lo que Milei llamó “trampas al electorado”. Insisten en que a partir de ahora le darán más aire a Patricia Bullrich para profundizar el asedio al macrismo dentro del Pro. Ella es quien acercó a los radicales rebeldes, que la habían acompañado en su fallido intento presidencial.La respuesta desde el gobierno porteño la dio el propio Jorge Macri. “No me gusta que me inviten a ser parte con un condicionante absoluto. ‘Es como yo digo o no es nada’. La vida no es así”. Hace tiempo que él viene señalando en privado que lo mejor que puede pasarle al Pro es competir separado del oficialismo libertario y retener una identidad de cara al futuro.El juego porteño destrabó la posibilidad de eliminar las PASO. Macri aspira solo a suspenderla para elecciones legislativas y no para las ejecutivas. Milei quiere terminar con el sistema que inventó el kirchnerismo en 2010. Es curioso ese empeño en un liberal que desprecia a las estructuras partidarias. ¿Quién habría sido el candidato de Juntos por el Cambio en 2023 si no hubiera sido la gente la que decidiera en las primarias? Difícilmente se le hubiera escapado a Horacio Rodríguez Larreta, que finalmente apenas superó el 10% de los votos y quedó muy atrás de Bullrich.Kicillof acorraladoKicillof, el viernes, en un acto con el intendente de La Matanza, Fernando EspinozaNicolás SuárezSin un pacto con el Pro, el Gobierno se arriesgaría a enfrentar disminuido al peronismo en la provincia de Buenos Aires. Pero es difícil para los libertarios no consolarse cuando constatan la crisis interna del kirchnerismo, que pone contra las cuerdas al gobierno de Axel Kicillof.Fue demoledor para el gobernador el fracaso de la sesión en que pretendía sancionar el presupuesto 2025 y la autorización para endeudarse y cubrir vencimientos acuciantes en los próximos meses. Kicillof acusó a “un sector de la oposición” que llegó con pedidos fuera de agenda a último momento. Hablaba de la Legislatura bonaerense: parecía el capitán Renault de Casablanca cuando descubre indignado que en el bar de Rick se levantaban apuestas.Casablanca: “¡Qué Escándalo! He descubierto que aquí se juega”En realidad, su indignación con los ajenos fue una manera de enmascarar la división con La Cámpora y los sectores peronistas que, entre otras disidencias, le exigen que no desdoble las elecciones como el gobernador viene sugiriendo desde hace semanas. Cristina Kirchner, que aspira a ser candidata a diputada nacional, quiere a todo el aparato peronista bonaerense movilizado en un solo día, sin distracciones ni picardías. Kicillof enfrenta otra prueba de carácter ante una jefa que lo concibe como un vicario.Los peronistas de otras latitudes se curan en salud y mueven la fecha de las elecciones locales para protegerse del efecto Milei. Salvo a Macri –porque la Ciudad Autónoma es un territorio por conquistar-, la Casa Rosada los alienta. “Nosotros no nos metemos con sus legislaturas, ustedes jueguen limpio en la nacional”, les dicen.Las internas oficialistas se han aplacado. Los políticos tradicionales con los que arma su partido Karina Milei conviven sin grandes tensiones con los militantes digitales que promueve Santiago Caputo. Los recelos –que los hay- se manejan con diplomacia. La tensión necesaria de un partido en gestación. Si algo se percibe como una rebeldía se castiga soviéticamente, como puede dar fe la vicepresidenta Victoria Villarruel, aislada sin mucho margen para pensar en un armado electoral propio para 2025.Victoria VillarruelMarcos Brindicci – LA NACIONEl exitismo de los libertarios asoma como una consecuencia natural de la crisis perdurable de sus rivales. Milei se habla ante todo a sí mismo cuando señala los peligros de ganar 2-0. Alfonsín se sintió invencible en los albores del plan Austral y la primavera democrática. Menem soñó la eternidad entre fiestas y burbujas con el 1 a 1. Los Kirchner diseñaron un modelo de sucesión familiar que creyeron imbatible. Si hasta Alberto Fernández se embriagó de popularidad en los días iniciales de la pandemia.En todos los casos los goles ajenos no los marcó la política sino la endiablada economía argentina.Por Martín Rodríguez YebraTemasOpiniónJavier MileiElecciones 2025Conforme a los criterios deTipo de trabajo:análisisConocé másOtras noticias de Javier MileiMartín Yeza. “De qué sirve que vayamos juntos con Milei en 2025 si no compartimos la causa”Sin presupuesto. Kicillof culpó a Milei y le advirtió: “No voy a permitir que quiebre a la Provincia”Críticas. Jorge Macri le cierra la puerta a un acuerdo con LLA para las elecciones: “No me gusta que me inviten con un condicionante”
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