El lunes que viene arrancan las sesiones extraordinarias y en la Casa Rosada no dan señal alguna de querer incluir a Victoria Villarruel en la estrategia del oficialismo en el Congreso. Por el contrario, la mesa chica de Javier Milei se predispone a aislar más que nunca a la vicepresidenta en el inicio de la actividad legislativa, lo que abre un interrogante para el devenir del 2025.Villarruel está trabajando en estos días en la Cámara alta y recibiendo a algunos senadores. Pero nadie desde Balcarce 50 la llamó desde la sede de gobierno para definir los pasos a seguir. Las expectativas están puestas en el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, el único que sostiene un diálogo -mínimo e indispensable- con la vice luego del quiebre en el vínculo que ella tuvo con el Presidente.“A ella no le informan nada, ya nadie le avisa nada. Quieren terminar de aislarla”, reconoció un importante colaborador oficial a LA NACION. Milei voló ayer a los Estados Unidos para asistir a la asunción de Donald Trump. Ayer, el vocero presidencial, Manuel Adorni, publicó en X que la vice fue “debidamente notificada de su responsabilidad como funcionaria a cargo del Poder Ejecutivo Nacional”. El portavoz aclaró que lo informaba públicamente “para despejar cualquier tipo de dudas”. Una ironía después del traspié que existió en la sesión que desplazó al senador Edgardo Kueider y donde existieron dudas por el traspaso de mando.Con el fin de despejar cualquier tipo de dudas les informo que en los próximos instantes la Vicepresidente de la Nación será debidamente notificada de su responsabilidad como funcionaria a cargo del Poder Ejecutivo Nacional en vistas del viaje al exterior que iniciará el día de…— Manuel Adorni (@madorni) January 17, 2025
Según pudo reconstruir LA NACION, distintas figuras de la Casa Rosada ya empezaron a hacer los primeros contactos con algunos jefes de bloque para encarar el debate de las sesiones extraordinarias. Todavía no hay una fecha de reunión de coordinación (se especula con que podría ser el miércoles próximo) pero ya hubo tanteos con algunos titulares de bancadas potencialmente aliadas.En la sede de gobierno eligieron como enlace y para coordinar estas conversaciones al jefe de bloque de La Libertad Avanza, Ezequiel Atauche. En la lista de interlocutores “amigables” están los jefes de bancadas Eduardo Vischi (UCR), Juan Carlos Romero (Cambio Federal), Carlos Espínola (Unidad Federal) y los representantes de Pro, Luis Juez (que ya dijo que abandonará la jefatura del bloque amarillo) y Martín Goerling.Lisandro Catalán, Martín Menem, José Luis Espert, Guillermo Francos y Ezequiel Atauche trazan la estrategia para reunir los avales para aprobar el Presupuesto 2025En el arranque de las sesiones extraordinarias, en el Senado deberían tratarse dos temas: los pliegos del juez federal Ariel Lijo y del catedrático Manuel García-Mansilla para integrar la Corte Suprema (necesitan dos tercios de los presentes en el recinto) y el proyecto de “ley antimafias” que ya tiene media sanción en Diputados y dictamen de comisión en la Cámara alta.El resto de los proyectos del temario que envió el Poder Ejecutivo iniciarían su debate en Diputados. Estos son: reforma política (eliminación de las PASO y cambios en el financiamiento de las campañas), juicio en ausencia, la ley de reiterancia, la Ley sobre Compensación e Índice de Actualización de Quebrantos y la iniciativa de “ficha limpia”, un nuevo proyecto elaborado por el oficialismo que sería remitido al Congreso en las próximas horas.AvanzadaEl año pasado, la Casa Rosada no construyó un esquema de consensos estables en el Senado, donde los libertarios están en franca minoría y el peronismo acumula 34 bancas. Se consiguió una mayoría circunstancial para sancionar la Ley Bases, pero luego el oficialismo acumuló reveses en la Cámara alta. Tampoco tuvo la cúpula libertaria el manejo que le hubiera gustado tener del Senado con cuestiones administrativas (como los sueldos), conforme empeoraba el vínculo del Presidente con Villarruel.Victoria Villarruel reapareció públicamente en Festival de Doma y Folklore 2025 en Jesús María: “Acá soy cordobesa”“Ahora los senadores van a hablar a la Rosada cada vez más”, reconoció un colaborador del Gobierno. Es que, por un lado, Santiago Caputo, el asesor de Milei todoterreno, entabló una negociación subterránea con el kirchnerismo por la agenda judicial, que pasa sí o sí por el Senado. Por el otro, senadores aliados, como Romero y “Camau” Espínola, profundizaron su interlocución política con funcionarios como el vicejefe de Interior, Lisandro Catalán y el subsecretario de Gestión Institucional, Eduardo “Lule” Menem, uno de los laderos de Karina Milei.“Caputo ya cultivó muchas amistades con los senadores, muchos prefieren juntarse con él. Los senadores ven que Victoria está sola, y este es un Gobierno que te hace elegir”, dijo a LA NACION un importante colaborador oficial.Muy cerca de Milei confirmaron que no tienen previsto convocar a Villarruel a la Casa Rosada para coordinar las acciones a seguir. “Ella tiene que leer el reglamento y sabe lo que tiene que hacer”, se limitaron a decir.Con este clima, la duda que sobrevuela es si la Casa Rosada hará una embestida más profunda contra Villarruel, intentando arrebatarle los cargos en el Senado que permiten controlar la administración de la casa. Es decir, la secretaría Parlamentaria, que coordina la agenda, y la secretaría Administrativa, encargada de gestionar el presupuesto y las contrataciones de la Cámara. En esos puestos hoy están Agustín Giustinian y María Laura Izzo, respectivamente.La vicepresidenta Victoria Villarruel y el Jefe de Gabinete Guillermo Francos ingresan al recinto del Senado para presentar el informe de gestión de gobierno.Santiago OrózAmbas autoridades se vuelven a elegir el 24 de febrero y los senadores creen que tanto Giustinian como Izzo podrían dejar el cargo. Ya sea porque Villarruel busque reemplazarlos por nuevos “leales” o porque la Casa Rosada haga una avanzada para imponer nombres propios para recortarle más poder a la vice.Villarruel, de hecho, se anticipó a este segundo escenario. El 7 de enero firmó un decreto para revocar las facultades delegadas a la secretaría Administrativa, una medida que data de 2016 a través de decretos firmados por Gabriela Michetti y Cristina Kirchner.Consultados por LA NACION, cerca de Milei desestimaron la posibilidad de avanzar sobre las secretarías Administrativa y Parlamentaria del Senado, dos lugares que históricamente estuvieron reservados para personas de confianza del vicepresidente de turno. “No creo que hagamos eso. Lo que sí, es ella la que tiene que juntar los votos para esos nombramientos”, advirtieron cerca del jefe de Estado. Las nuevas autoridades deben ser avaladas por 37 senadores.Un libertario al tanto de estos movimientos aventuró: “Siempre esos lugares fueron para el oficialismo. Pero ojo, no hagamos muchas olas porque siempre está la posibilidad de que el kirchnerismo, que ya tiene 34 senadores, se organice y busque los tres votos que le faltan para imponernos autoridades”. Cristina Kirchner -que estuvo sentada en la silla de Villarruel- siempre dijo que no estaba en sus planes hacer semejante avanzada.Con la incomunicación con Villarruel, la Casa Rosada suma otra dificultad para las sesiones extraordinarias. La matemática que necesita el Gobierno para conseguir los acuerdos para Lijo y García-Mansilla es, por demás, ajustada. De hecho, el oficialismo todavía no tiene los votos para el candidato catedrático, que es el más afín al pensamiento de Milei.Los senadores que apoyarían el pliego de Lijo (allí se espera respaldo mayoritario de los bloques de Unión por la Patria) no son los mismos que avalarían el de García-Mansilla porque el peronismo, que tiene 34 senadores, no lo quiere apoyar. La apuesta del Gobierno es que un grupo de senadores kirchneristas se ausente de sus bancas. De esa forma, sería más fácil conseguir los votos de dos tercios de los presentes con los senadores no peronistas. Es un cálculo muy fino e imposible de ejecutar sin un acuerdo político previo. Y más arriesgado aún sin el favor de la titular de la Cámara, que debería administrar los tiempos de la sesión.Con el fin de despejar cualquier tipo de dudas les informo que en los próximos instantes la Vicepresidente de la Nación será debidamente notificada de su responsabilidad como funcionaria a cargo del Poder Ejecutivo Nacional en vistas del viaje al exterior que iniciará el día de…— Manuel Adorni (@madorni) January 17, 2025
De hecho, según pudo reconstruir LA NACION, distintas figuras de la Casa Rosada ya empezaron a hacer los primeros contactos con algunos jefes de bloque para encarar el debate de las sesiones extraordinarias. Todavía no hay una fecha de reunión de coordinación (se especula con que podría ser el miércoles próximo) pero ya hubo tanteos con algunos titulares de bancadas potencialmente aliadas.En la sede de gobierno eligieron como enlace y para coordinar estas conversaciones al jefe de bloque de La Libertad Avanza, Ezequiel Atauche. En la lista de interlocutores “amigables” están los jefes de bancadas Eduardo Vischi (UCR), Juan Carlos Romero (Cambio Federal), Carlos Espínola (Unidad Federal) y los representantes de Pro, Luis Juez (que ya dijo que abandonará la jefatura del bloque amarillo) y Martín Goerling.Lisandro Catalán, Martín Menem, José Luis Espert, Guillermo Francos y Ezequiel Atauche trazan la estrategia para reunir los avales para aprobar el Presupuesto 2025En el arranque de las sesiones extraordinarias, en el Senado deberían tratarse dos temas: los pliegos del juez federal Ariel Lijo y del catedrático Manuel García-Mansilla para integrar la Corte Suprema (necesitan dos tercios de los presentes en el recinto) y el proyecto de “ley antimafias” que ya tiene media sanción en Diputados y dictamen de comisión en la Cámara alta.El resto de los proyectos del temario que envió el Poder Ejecutivo iniciarían su debate en Diputados. Estos son: reforma política (eliminación de las PASO y cambios en el financiamiento de las campañas), juicio en ausencia, la ley de reiterancia, la Ley sobre Compensación e Índice de Actualización de Quebrantos y la iniciativa de “ficha limpia”, un nuevo proyecto elaborado por el oficialismo que sería remitido al Congreso en las próximas horas.AvanzadaEl año pasado, la Casa Rosada no construyó un esquema de consensos estables en el Senado, donde los libertarios están en franca minoría y el peronismo acumula 34 bancas. Se consiguió una mayoría circunstancial para sancionar la Ley Bases, pero luego el oficialismo acumuló reveses en la Cámara alta. Tampoco tuvo la cúpula libertaria el manejo que le hubiera gustado tener del Senado con cuestiones administrativas (como los sueldos), conforme empeoraba el vínculo del Presidente con Villarruel.Victoria Villarruel reapareció públicamente en Festival de Doma y Folklore 2025 en Jesús María: “Acá soy cordobesa”“Ahora los senadores van a hablar a la Rosada cada vez más”, reconoció un colaborador del Gobierno. Es que, por un lado, Santiago Caputo, el asesor de Milei todoterreno, entabló una negociación subterránea con el kirchnerismo por la agenda judicial, que pasa sí o sí por el Senado. Por el otro, senadores aliados, como Romero y “Camau” Espínola, profundizaron su interlocución política con funcionarios como el vicejefe de Interior, Lisandro Catalán y el subsecretario de Gestión Institucional, Eduardo “Lule” Menem, uno de los laderos de Karina Milei.“Caputo ya cultivó muchas amistades con los senadores, muchos prefieren juntarse con él. Los senadores ven que Victoria está sola, y este es un Gobierno que te hace elegir”, dijo a LA NACION un importante colaborador oficial.Muy cerca de Milei confirmaron que no tienen previsto convocar a Villarruel a la Casa Rosada para coordinar las acciones a seguir. “Ella tiene que leer el reglamento y sabe lo que tiene que hacer”, se limitaron a decir.Con este clima, la duda que sobrevuela es si la Casa Rosada hará una embestida más profunda contra Villarruel, intentando arrebatarle los cargos en el Senado que permiten controlar la administración de la casa. Es decir, la secretaría Parlamentaria, que coordina la agenda, y la secretaría Administrativa, encargada de gestionar el presupuesto y las contrataciones de la Cámara. En esos puestos hoy están Agustín Giustinian y María Laura Izzo, respectivamente.La vicepresidenta Victoria Villarruel y el Jefe de Gabinete Guillermo Francos ingresan al recinto del Senado para presentar el informe de gestión de gobierno.Santiago OrózAmbas autoridades se vuelven a elegir el 24 de febrero y los senadores creen que tanto Giustinian como Izzo podrían dejar el cargo. Ya sea porque Villarruel busque reemplazarlos por nuevos “leales” o porque la Casa Rosada haga una avanzada para imponer nombres propios para recortarle más poder a la vice.Villarruel, de hecho, se anticipó a este segundo escenario. El 7 de enero firmó un decreto para revocar las facultades delegadas a la secretaría Administrativa, una medida que data de 2016 a través de decretos firmados por Gabriela Michetti y Cristina Kirchner.Consultados por LA NACION, cerca de Milei desestimaron la posibilidad de avanzar sobre las secretarías Administrativa y Parlamentaria del Senado, dos lugares que históricamente estuvieron reservados para personas de confianza del vicepresidente de turno. “No creo que hagamos eso. Lo que sí, es ella la que tiene que juntar los votos para esos nombramientos”, advirtieron cerca del jefe de Estado. Las nuevas autoridades deben ser avaladas por 37 senadores.Un libertario al tanto de estos movimientos aventuró: “Siempre esos lugares fueron para el oficialismo. Pero ojo, no hagamos muchas olas porque siempre está la posibilidad de que el kirchnerismo, que ya tiene 34 senadores, se organice y busque los tres votos que le faltan para imponernos autoridades”. Cristina Kirchner -que estuvo sentada en la silla de Villarruel- siempre dijo que no estaba en sus planes hacer semejante avanzada.Con la incomunicación con Villarruel, la Casa Rosada suma otra dificultad para las sesiones extraordinarias. La matemática que necesita el Gobierno para conseguir los acuerdos para Lijo y García-Mansilla es, por demás, ajustada. De hecho, el oficialismo todavía no tiene los votos para el candidato catedrático, que es el más afín al pensamiento de Milei.Los senadores que apoyarían el pliego de Lijo (allí se espera respaldo mayoritario de los bloques de Unión por la Patria) no son los mismos que avalarían el de García-Mansilla porque el peronismo, que tiene 34 senadores, no lo quiere apoyar. La apuesta del Gobierno es que un grupo de senadores kirchneristas se ausente de sus bancas. De esa forma, sería más fácil conseguir los votos de dos tercios de los presentes con los senadores no peronistas. Es un cálculo muy fino e imposible de ejecutar sin un acuerdo político previo. Y más arriesgado aún sin el favor de la titular de la Cámara, que debería administrar los tiempos de la sesión.Con el fin de despejar cualquier tipo de dudas les informo que en los próximos instantes la Vicepresidente de la Nación será debidamente notificada de su responsabilidad como funcionaria a cargo del Poder Ejecutivo Nacional en vistas del viaje al exterior que iniciará el día de…— Manuel Adorni (@madorni) January 17, 2025
De hecho, según pudo reconstruir LA NACION, distintas figuras de la Casa Rosada ya empezaron a hacer los primeros contactos con algunos jefes de bloque para encarar el debate de las sesiones extraordinarias. Todavía no hay una fecha de reunión de coordinación (se especula con que podría ser el miércoles próximo) pero ya hubo tanteos con algunos titulares de bancadas potencialmente aliadas.En la sede de gobierno eligieron como enlace y para coordinar estas conversaciones al jefe de bloque de La Libertad Avanza, Ezequiel Atauche. En la lista de interlocutores “amigables” están los jefes de bancadas Eduardo Vischi (UCR), Juan Carlos Romero (Cambio Federal), Carlos Espínola (Unidad Federal) y los representantes de Pro, Luis Juez (que ya dijo que abandonará la jefatura del bloque amarillo) y Martín Goerling.Lisandro Catalán, Martín Menem, José Luis Espert, Guillermo Francos y Ezequiel Atauche trazan la estrategia para reunir los avales para aprobar el Presupuesto 2025En el arranque de las sesiones extraordinarias, en el Senado deberían tratarse dos temas: los pliegos del juez federal Ariel Lijo y del catedrático Manuel García-Mansilla para integrar la Corte Suprema (necesitan dos tercios de los presentes en el recinto) y el proyecto de “ley antimafias” que ya tiene media sanción en Diputados y dictamen de comisión en la Cámara alta.El resto de los proyectos del temario que envió el Poder Ejecutivo iniciarían su debate en Diputados. Estos son: reforma política (eliminación de las PASO y cambios en el financiamiento de las campañas), juicio en ausencia, la ley de reiterancia, la Ley sobre Compensación e Índice de Actualización de Quebrantos y la iniciativa de “ficha limpia”, un nuevo proyecto elaborado por el oficialismo que sería remitido al Congreso en las próximas horas.AvanzadaEl año pasado, la Casa Rosada no construyó un esquema de consensos estables en el Senado, donde los libertarios están en franca minoría y el peronismo acumula 34 bancas. Se consiguió una mayoría circunstancial para sancionar la Ley Bases, pero luego el oficialismo acumuló reveses en la Cámara alta. Tampoco tuvo la cúpula libertaria el manejo que le hubiera gustado tener del Senado con cuestiones administrativas (como los sueldos), conforme empeoraba el vínculo del Presidente con Villarruel.Victoria Villarruel reapareció públicamente en Festival de Doma y Folklore 2025 en Jesús María: “Acá soy cordobesa”“Ahora los senadores van a hablar a la Rosada cada vez más”, reconoció un colaborador del Gobierno. Es que, por un lado, Santiago Caputo, el asesor de Milei todoterreno, entabló una negociación subterránea con el kirchnerismo por la agenda judicial, que pasa sí o sí por el Senado. Por el otro, senadores aliados, como Romero y “Camau” Espínola, profundizaron su interlocución política con funcionarios como el vicejefe de Interior, Lisandro Catalán y el subsecretario de Gestión Institucional, Eduardo “Lule” Menem, uno de los laderos de Karina Milei.“Caputo ya cultivó muchas amistades con los senadores, muchos prefieren juntarse con él. Los senadores ven que Victoria está sola, y este es un Gobierno que te hace elegir”, dijo a LA NACION un importante colaborador oficial.Muy cerca de Milei confirmaron que no tienen previsto convocar a Villarruel a la Casa Rosada para coordinar las acciones a seguir. “Ella tiene que leer el reglamento y sabe lo que tiene que hacer”, se limitaron a decir.Con este clima, la duda que sobrevuela es si la Casa Rosada hará una embestida más profunda contra Villarruel, intentando arrebatarle los cargos en el Senado que permiten controlar la administración de la casa. Es decir, la secretaría Parlamentaria, que coordina la agenda, y la secretaría Administrativa, encargada de gestionar el presupuesto y las contrataciones de la Cámara. En esos puestos hoy están Agustín Giustinian y María Laura Izzo, respectivamente.La vicepresidenta Victoria Villarruel y el Jefe de Gabinete Guillermo Francos ingresan al recinto del Senado para presentar el informe de gestión de gobierno.Santiago OrózAmbas autoridades se vuelven a elegir el 24 de febrero y los senadores creen que tanto Giustinian como Izzo podrían dejar el cargo. Ya sea porque Villarruel busque reemplazarlos por nuevos “leales” o porque la Casa Rosada haga una avanzada para imponer nombres propios para recortarle más poder a la vice.Villarruel, de hecho, se anticipó a este segundo escenario. El 7 de enero firmó un decreto para revocar las facultades delegadas a la secretaría Administrativa, una medida que data de 2016 a través de decretos firmados por Gabriela Michetti y Cristina Kirchner.Consultados por LA NACION, cerca de Milei desestimaron la posibilidad de avanzar sobre las secretarías Administrativa y Parlamentaria del Senado, dos lugares que históricamente estuvieron reservados para personas de confianza del vicepresidente de turno. “No creo que hagamos eso. Lo que sí, es ella la que tiene que juntar los votos para esos nombramientos”, advirtieron cerca del jefe de Estado. Las nuevas autoridades deben ser avaladas por 37 senadores.Un libertario al tanto de estos movimientos aventuró: “Siempre esos lugares fueron para el oficialismo. Pero ojo, no hagamos muchas olas porque siempre está la posibilidad de que el kirchnerismo, que ya tiene 34 senadores, se organice y busque los tres votos que le faltan para imponernos autoridades”. Cristina Kirchner -que estuvo sentada en la silla de Villarruel- siempre dijo que no estaba en sus planes hacer semejante avanzada.Con la incomunicación con Villarruel, la Casa Rosada suma otra dificultad para las sesiones extraordinarias. La matemática que necesita el Gobierno para conseguir los acuerdos para Lijo y García-Mansilla es, por demás, ajustada. De hecho, el oficialismo todavía no tiene los votos para el candidato catedrático, que es el más afín al pensamiento de Milei.Los senadores que apoyarían el pliego de Lijo (allí se espera respaldo mayoritario de los bloques de Unión por la Patria) no son los mismos que avalarían el de García-Mansilla porque el peronismo, que tiene 34 senadores, no lo quiere apoyar. La apuesta del Gobierno es que un grupo de senadores kirchneristas se ausente de sus bancas. De esa forma, sería más fácil conseguir los votos de dos tercios de los presentes con los senadores no peronistas. Es un cálculo muy fino e imposible de ejecutar sin un acuerdo político previo. Y más arriesgado aún sin el favor de la titular de la Cámara, que debería administrar los tiempos de la sesión.Con el fin de despejar cualquier tipo de dudas les informo que en los próximos instantes la Vicepresidente de la Nación será debidamente notificada de su responsabilidad como funcionaria a cargo del Poder Ejecutivo Nacional en vistas del viaje al exterior que iniciará el día de…— Manuel Adorni (@madorni) January 17, 2025
De hecho, según pudo reconstruir LA NACION, distintas figuras de la Casa Rosada ya empezaron a hacer los primeros contactos con algunos jefes de bloque para encarar el debate de las sesiones extraordinarias. Todavía no hay una fecha de reunión de coordinación (se especula con que podría ser el miércoles próximo) pero ya hubo tanteos con algunos titulares de bancadas potencialmente aliadas.En la sede de gobierno eligieron como enlace y para coordinar estas conversaciones al jefe de bloque de La Libertad Avanza, Ezequiel Atauche. En la lista de interlocutores “amigables” están los jefes de bancadas Eduardo Vischi (UCR), Juan Carlos Romero (Cambio Federal), Carlos Espínola (Unidad Federal) y los representantes de Pro, Luis Juez (que ya dijo que abandonará la jefatura del bloque amarillo) y Martín Goerling.Lisandro Catalán, Martín Menem, José Luis Espert, Guillermo Francos y Ezequiel Atauche trazan la estrategia para reunir los avales para aprobar el Presupuesto 2025En el arranque de las sesiones extraordinarias, en el Senado deberían tratarse dos temas: los pliegos del juez federal Ariel Lijo y del catedrático Manuel García-Mansilla para integrar la Corte Suprema (necesitan dos tercios de los presentes en el recinto) y el proyecto de “ley antimafias” que ya tiene media sanción en Diputados y dictamen de comisión en la Cámara alta.El resto de los proyectos del temario que envió el Poder Ejecutivo iniciarían su debate en Diputados. Estos son: reforma política (eliminación de las PASO y cambios en el financiamiento de las campañas), juicio en ausencia, la ley de reiterancia, la Ley sobre Compensación e Índice de Actualización de Quebrantos y la iniciativa de “ficha limpia”, un nuevo proyecto elaborado por el oficialismo que sería remitido al Congreso en las próximas horas.AvanzadaEl año pasado, la Casa Rosada no construyó un esquema de consensos estables en el Senado, donde los libertarios están en franca minoría y el peronismo acumula 34 bancas. Se consiguió una mayoría circunstancial para sancionar la Ley Bases, pero luego el oficialismo acumuló reveses en la Cámara alta. Tampoco tuvo la cúpula libertaria el manejo que le hubiera gustado tener del Senado con cuestiones administrativas (como los sueldos), conforme empeoraba el vínculo del Presidente con Villarruel.Victoria Villarruel reapareció públicamente en Festival de Doma y Folklore 2025 en Jesús María: “Acá soy cordobesa”“Ahora los senadores van a hablar a la Rosada cada vez más”, reconoció un colaborador del Gobierno. Es que, por un lado, Santiago Caputo, el asesor de Milei todoterreno, entabló una negociación subterránea con el kirchnerismo por la agenda judicial, que pasa sí o sí por el Senado. Por el otro, senadores aliados, como Romero y “Camau” Espínola, profundizaron su interlocución política con funcionarios como el vicejefe de Interior, Lisandro Catalán y el subsecretario de Gestión Institucional, Eduardo “Lule” Menem, uno de los laderos de Karina Milei.“Caputo ya cultivó muchas amistades con los senadores, muchos prefieren juntarse con él. Los senadores ven que Victoria está sola, y este es un Gobierno que te hace elegir”, dijo a LA NACION un importante colaborador oficial.Muy cerca de Milei confirmaron que no tienen previsto convocar a Villarruel a la Casa Rosada para coordinar las acciones a seguir. “Ella tiene que leer el reglamento y sabe lo que tiene que hacer”, se limitaron a decir.Con este clima, la duda que sobrevuela es si la Casa Rosada hará una embestida más profunda contra Villarruel, intentando arrebatarle los cargos en el Senado que permiten controlar la administración de la casa. Es decir, la secretaría Parlamentaria, que coordina la agenda, y la secretaría Administrativa, encargada de gestionar el presupuesto y las contrataciones de la Cámara. En esos puestos hoy están Agustín Giustinian y María Laura Izzo, respectivamente.La vicepresidenta Victoria Villarruel y el Jefe de Gabinete Guillermo Francos ingresan al recinto del Senado para presentar el informe de gestión de gobierno.Santiago OrózAmbas autoridades se vuelven a elegir el 24 de febrero y los senadores creen que tanto Giustinian como Izzo podrían dejar el cargo. Ya sea porque Villarruel busque reemplazarlos por nuevos “leales” o porque la Casa Rosada haga una avanzada para imponer nombres propios para recortarle más poder a la vice.Villarruel, de hecho, se anticipó a este segundo escenario. El 7 de enero firmó un decreto para revocar las facultades delegadas a la secretaría Administrativa, una medida que data de 2016 a través de decretos firmados por Gabriela Michetti y Cristina Kirchner.Consultados por LA NACION, cerca de Milei desestimaron la posibilidad de avanzar sobre las secretarías Administrativa y Parlamentaria del Senado, dos lugares que históricamente estuvieron reservados para personas de confianza del vicepresidente de turno. “No creo que hagamos eso. Lo que sí, es ella la que tiene que juntar los votos para esos nombramientos”, advirtieron cerca del jefe de Estado. Las nuevas autoridades deben ser avaladas por 37 senadores.Un libertario al tanto de estos movimientos aventuró: “Siempre esos lugares fueron para el oficialismo. Pero ojo, no hagamos muchas olas porque siempre está la posibilidad de que el kirchnerismo, que ya tiene 34 senadores, se organice y busque los tres votos que le faltan para imponernos autoridades”. Cristina Kirchner -que estuvo sentada en la silla de Villarruel- siempre dijo que no estaba en sus planes hacer semejante avanzada.Con la incomunicación con Villarruel, la Casa Rosada suma otra dificultad para las sesiones extraordinarias. La matemática que necesita el Gobierno para conseguir los acuerdos para Lijo y García-Mansilla es, por demás, ajustada. De hecho, el oficialismo todavía no tiene los votos para el candidato catedrático, que es el más afín al pensamiento de Milei.Los senadores que apoyarían el pliego de Lijo (allí se espera respaldo mayoritario de los bloques de Unión por la Patria) no son los mismos que avalarían el de García-Mansilla porque el peronismo, que tiene 34 senadores, no lo quiere apoyar. La apuesta del Gobierno es que un grupo de senadores kirchneristas se ausente de sus bancas. De esa forma, sería más fácil conseguir los votos de dos tercios de los presentes con los senadores no peronistas. Es un cálculo muy fino e imposible de ejecutar sin un acuerdo político previo. Y más arriesgado aún sin el favor de la titular de la Cámara, que debería administrar los tiempos de la sesión.Con el fin de despejar cualquier tipo de dudas les informo que en los próximos instantes la Vicepresidente de la Nación será debidamente notificada de su responsabilidad como funcionaria a cargo del Poder Ejecutivo Nacional en vistas del viaje al exterior que iniciará el día de…— Manuel Adorni (@madorni) January 17, 2025
De hecho, según pudo reconstruir LA NACION, distintas figuras de la Casa Rosada ya empezaron a hacer los primeros contactos con algunos jefes de bloque para encarar el debate de las sesiones extraordinarias. Todavía no hay una fecha de reunión de coordinación (se especula con que podría ser el miércoles próximo) pero ya hubo tanteos con algunos titulares de bancadas potencialmente aliadas.En la sede de gobierno eligieron como enlace y para coordinar estas conversaciones al jefe de bloque de La Libertad Avanza, Ezequiel Atauche. En la lista de interlocutores “amigables” están los jefes de bancadas Eduardo Vischi (UCR), Juan Carlos Romero (Cambio Federal), Carlos Espínola (Unidad Federal) y los representantes de Pro, Luis Juez (que ya dijo que abandonará la jefatura del bloque amarillo) y Martín Goerling.Lisandro Catalán, Martín Menem, José Luis Espert, Guillermo Francos y Ezequiel Atauche trazan la estrategia para reunir los avales para aprobar el Presupuesto 2025En el arranque de las sesiones extraordinarias, en el Senado deberían tratarse dos temas: los pliegos del juez federal Ariel Lijo y del catedrático Manuel García-Mansilla para integrar la Corte Suprema (necesitan dos tercios de los presentes en el recinto) y el proyecto de “ley antimafias” que ya tiene media sanción en Diputados y dictamen de comisión en la Cámara alta.El resto de los proyectos del temario que envió el Poder Ejecutivo iniciarían su debate en Diputados. Estos son: reforma política (eliminación de las PASO y cambios en el financiamiento de las campañas), juicio en ausencia, la ley de reiterancia, la Ley sobre Compensación e Índice de Actualización de Quebrantos y la iniciativa de “ficha limpia”, un nuevo proyecto elaborado por el oficialismo que sería remitido al Congreso en las próximas horas.AvanzadaEl año pasado, la Casa Rosada no construyó un esquema de consensos estables en el Senado, donde los libertarios están en franca minoría y el peronismo acumula 34 bancas. Se consiguió una mayoría circunstancial para sancionar la Ley Bases, pero luego el oficialismo acumuló reveses en la Cámara alta. Tampoco tuvo la cúpula libertaria el manejo que le hubiera gustado tener del Senado con cuestiones administrativas (como los sueldos), conforme empeoraba el vínculo del Presidente con Villarruel.Victoria Villarruel reapareció públicamente en Festival de Doma y Folklore 2025 en Jesús María: “Acá soy cordobesa”“Ahora los senadores van a hablar a la Rosada cada vez más”, reconoció un colaborador del Gobierno. Es que, por un lado, Santiago Caputo, el asesor de Milei todoterreno, entabló una negociación subterránea con el kirchnerismo por la agenda judicial, que pasa sí o sí por el Senado. Por el otro, senadores aliados, como Romero y “Camau” Espínola, profundizaron su interlocución política con funcionarios como el vicejefe de Interior, Lisandro Catalán y el subsecretario de Gestión Institucional, Eduardo “Lule” Menem, uno de los laderos de Karina Milei.“Caputo ya cultivó muchas amistades con los senadores, muchos prefieren juntarse con él. Los senadores ven que Victoria está sola, y este es un Gobierno que te hace elegir”, dijo a LA NACION un importante colaborador oficial.Muy cerca de Milei confirmaron que no tienen previsto convocar a Villarruel a la Casa Rosada para coordinar las acciones a seguir. “Ella tiene que leer el reglamento y sabe lo que tiene que hacer”, se limitaron a decir.Con este clima, la duda que sobrevuela es si la Casa Rosada hará una embestida más profunda contra Villarruel, intentando arrebatarle los cargos en el Senado que permiten controlar la administración de la casa. Es decir, la secretaría Parlamentaria, que coordina la agenda, y la secretaría Administrativa, encargada de gestionar el presupuesto y las contrataciones de la Cámara. En esos puestos hoy están Agustín Giustinian y María Laura Izzo, respectivamente.La vicepresidenta Victoria Villarruel y el Jefe de Gabinete Guillermo Francos ingresan al recinto del Senado para presentar el informe de gestión de gobierno.Santiago OrózAmbas autoridades se vuelven a elegir el 24 de febrero y los senadores creen que tanto Giustinian como Izzo podrían dejar el cargo. Ya sea porque Villarruel busque reemplazarlos por nuevos “leales” o porque la Casa Rosada haga una avanzada para imponer nombres propios para recortarle más poder a la vice.Villarruel, de hecho, se anticipó a este segundo escenario. El 7 de enero firmó un decreto para revocar las facultades delegadas a la secretaría Administrativa, una medida que data de 2016 a través de decretos firmados por Gabriela Michetti y Cristina Kirchner.Consultados por LA NACION, cerca de Milei desestimaron la posibilidad de avanzar sobre las secretarías Administrativa y Parlamentaria del Senado, dos lugares que históricamente estuvieron reservados para personas de confianza del vicepresidente de turno. “No creo que hagamos eso. Lo que sí, es ella la que tiene que juntar los votos para esos nombramientos”, advirtieron cerca del jefe de Estado. Las nuevas autoridades deben ser avaladas por 37 senadores.Un libertario al tanto de estos movimientos aventuró: “Siempre esos lugares fueron para el oficialismo. Pero ojo, no hagamos muchas olas porque siempre está la posibilidad de que el kirchnerismo, que ya tiene 34 senadores, se organice y busque los tres votos que le faltan para imponernos autoridades”. Cristina Kirchner -que estuvo sentada en la silla de Villarruel- siempre dijo que no estaba en sus planes hacer semejante avanzada.Con la incomunicación con Villarruel, la Casa Rosada suma otra dificultad para las sesiones extraordinarias. La matemática que necesita el Gobierno para conseguir los acuerdos para Lijo y García-Mansilla es, por demás, ajustada. De hecho, el oficialismo todavía no tiene los votos para el candidato catedrático, que es el más afín al pensamiento de Milei.Los senadores que apoyarían el pliego de Lijo (allí se espera respaldo mayoritario de los bloques de Unión por la Patria) no son los mismos que avalarían el de García-Mansilla porque el peronismo, que tiene 34 senadores, no lo quiere apoyar. La apuesta del Gobierno es que un grupo de senadores kirchneristas se ausente de sus bancas. De esa forma, sería más fácil conseguir los votos de dos tercios de los presentes con los senadores no peronistas. Es un cálculo muy fino e imposible de ejecutar sin un acuerdo político previo. Y más arriesgado aún sin el favor de la titular de la Cámara, que debería administrar los tiempos de la sesión.Por Maia JastreblanskySeguí leyendoPresunto terrorista. El sospechoso detenido reconoció los contactos con el Estado Islámico, pero dijo que lo hacía como “una broma”Reclamo a Milei. Llaryora y Pullaro, unidos por el campo: pidieron “medidas de alivio” para los productoresEl Gobierno y la corrupción K. Los vaivenes en la UIF y en la OA, al ritmo de las causas judiciales y las demandas políticasTemasJavier MileiVictoria VillarruelSenado de la NaciónConforme a los criterios deConocé másOtras noticias de Javier Milei”Contra el terrorismo”. El mensaje del embajador argentino en Tel Aviv tras el anuncio de acuerdo entre Israel y HamasReclamo a Milei. Llaryora y Pullaro, unidos por el campo: pidieron “medidas de alivio” para los productoresQuebranto en el campo. 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