“Lo único que nos pidió Catalina es que esto no vuelva a pasar, que nadie más tenga que atravesar lo que ella atravesó”, dijeron a LA NACION sus abogados, Emiliano Ramallo y Alexis Kohmann. Esa frase, tan breve como contundente, sintetiza la historia de Catalina, una niña de 11 años de La Calera, Córdoba, que ingresó al hospital con una crisis asmática leve y salió casi dos meses después con secuelas de por vida, tras haber sido inoculada con fentanilo contaminado, según denuncian sus abogados. Ese mismo brote, que todavía se investiga en hospitales de distintas provincias, ya tiene asociadas más de un centenar de muertes en el expediente judicial.El 19 de febrero, Catalina ingresó a la Clínica Privada Vélez Sarsfield de la ciudad de Córdoba por un cuadro asmático que no revestía mayor gravedad. “Una crisis leve, que ya había tenido en otra oportunidad y que había sorteado perfectamente”, detalló el abogado Emiliano Ramallo. Cuatro días después de la internación le aplicaron por primera vez fentanilo y, en los días siguientes, volvió a recibir el mismo medicamento. Recién varios meses más tarde, la clínica le informó a la familia de Catalina que esas ampollas estaban contaminadas con la bacteria klebsiella pneumoniae, según relataron a LA NACION los abogados. “Hasta ese momento no se sabía que el fentanilo estaba contaminado, con lo cual los médicos siguieron inoculándola”, explicaron.El cuadro clínico de Catalina se agravó de manera súbita y los médicos no encontraban una explicación. “Desde el punto de vista científico no lograban saber cuáles eran las razones de ese agravamiento. Hoy, con el diario del lunes, nos damos cuenta de que le estaban ingresando una bacteria en su cuerpo sin saberlo”, señalaron los letrados. La internación se prolongó durante 51 días. Catalina regresó a su casa recién el 10 de abril, después de haber estado conectada a 14 máquinas que la mantenían con vida, de atravesar episodios cardíacos gravísimos y de enfrentar una parálisis parcial en su cuerpo.Actualmente Catalina arrastra dificultades cognitivas y, según sus abogados, tendrá secuelas que impactarán en distintos planos de su vida: “social, moral, escolar, deportivo y también, probablemente, laboral”, explicaron. “Era una niña deportista, muy activa, y por eso entendemos que estas secuelas afectarán no solo su desarrollo personal y escolar, sino también las posibilidades que tenía proyectadas a futuro”, añadieron.Estado críticoEn varias ocasiones durante la internación, los médicos advirtieron a los padres que se despidieran de su hija porque su estado era crítico. Sin embargo, Catalina logró sobrevivir. “Los padres no sabían que Catalina había sido inoculada con esta droga, por supuesto que no lo sabían. Tampoco sabían que estaba contaminada. De esto se enteran hace muy poco, a través de la misma clínica que se comunica con ellos y les manifiesta que Catalina estaba infectada con esta bacteria”, puntualizó Ramallo. Según el relato de los abogados, la historia clínica, de más de 150 páginas, confirmaba que al momento de su ingreso los cultivos no arrojaban ninguna bacteria, y que fue después de la administración de fentanilo cuando apareció la klebsiella en los análisis.El director de la Clínica Vélez Sarsfield, Claudio Pereyra Sueldo, dijo a LA NACION que se notificó a tiempo a las familias de los pacientes expuestos al fentanilo elaborado por HLB Pharma Group. En ese relevamiento se identificaron cuatro casos: un bebé, una niña de 11 años (Catalina), otro paciente que evolucionó favorablemente y un cuarto que falleció en medio de otras complicaciones médicas. El médico precisó que desde el 8 de mayo la institución dejó de utilizar esa droga, que quedaron bajo custodia judicial, y que de las 1100 ampollas en stock, 230 correspondían al lote contaminado. Según dijo, tras la alerta de la Anmat “se retiraron todas las ampollas, no solo las del lote indicado, y se elaboraron informes sobre cada tratamiento realizado”.Estrategia judicialFrente a ese panorama, los abogados de la familia —Ramallo y Kohmann— trazaron una estrategia judicial. Pero antes, escucharon a la propia Catalina. “Cuando tuvimos contacto con ella, lo primero y lo único que nos pidió es que no vayamos contra los médicos, porque se sintió muy cuidada desde el punto de vista humano. Y nos pidió también que esto no vuelva a ocurrir, que nadie pase por lo que ella pasó”, relataron a LA NACION.Con esa premisa, la querella se dirige contra los laboratorios y no contra los profesionales de la salud que la asistieron. En lo penal, explicaron, ya se instó una querella para coadyuvar con la investigación judicial y buscar que los responsables enfrenten prisión efectiva. En el ámbito civil, en primer lugar, los abogados solicitaron la aplicación de una sanción pecuniaria disuasiva de magnitud ejemplar. “Lo que buscamos es que esta empresa, y también otras en el futuro, piensen dos veces antes de elegir si quieren actuar como una buena empresa o como una mala empresa. Hoy hacen un cálculo frío: dicen que es más barato indemnizar a algunos damnificados que reacomodar todo el sistema de control interno. Con una sanción realmente alta queremos que les resulte más caro seguir con esas prácticas que invertir en corregirlas”, explicó Ramallo.Lo más innovador de la estrategia, sostienen, es la llamada “pretensión preventiva”. Allí incluyeron 35 medidas destinadas a organismos públicos, privados y laboratorios, con el objetivo de que nunca más se repita un caso como el de Catalina. “Pedimos, en primer lugar, la suspensión de la circulación de fentanilo hasta que se asegure que su producción, distribución y comercialización sean inocuas para la sociedad”, explicaron los abogados.También le reclamaron a la ANMAT la implementación de un sistema de alerta roja temprana, que obligue a cualquier hospital público o privado a reportar en tiempo real si conserva ampollas de lotes potencialmente peligrosos. “El 2 de mayo se le notifica a la ANMAT que había un lote contaminado y recién tres días después empezó a actuar. Tres días en la salud pública es una eternidad”, cuestionaron Ramallo y Kohmann. Otra de las medidas solicitadas es la restitución de la trazabilidad del fentanilo, eliminada en 2016 por una resolución del organismo. “Si hubiera existido, se habría cortado mucho más rápido la cadena de propagación de la bacteria”, remarcaron.Los abogados también denunciaron la falta de inspectores: “Hoy hay menos de 10 para todo el país, lo cual es absolutamente insuficiente para cuidar la salud pública”. Y pidieron, además, que se exija al laboratorio responsable la presentación de un plan de remediación de daños, así como la constitución de un fondo de garantía para el retiro de productos contaminados, de modo que la carga no recaiga en el Estado ni en los damnificados.“Lo fundamental es que esto no vuelva a suceder nunca más. El medio para lograrlo es triple: prisión efectiva para los responsables, sanción pecuniaria disuasiva y una pretensión preventiva con medidas concretas para el Estado, la ANMAT, los hospitales y los laboratorios”, resumió Ramallo.Catalina, que hoy convive con secuelas en su salud, se convirtió en la voz que guía la acción de sus abogados. Ella pidió que no se persiga a quienes la cuidaron, sino que se cambien los sistemas para que nadie más tenga que enfrentar la experiencia que la marcó para siempre. “Esa es nuestra misión: cumplir con lo que ella nos pidió”, cerraron Ramallo y Kohmann.El casoEl caso se inició cuando médicos del Hospital Italiano de La Plata detectaron varios cuadros de neumonía grave y rápida evolución en pacientes internados que habían recibido fentanilo de un mismo lote. El 2 y el 5 de mayo, ese hospital notificó a la Anmat la posible contaminación. Sin embargo, recién el 8 de mayo el organismo emitió su primera alerta y el 13 de mayo dictó la disposición 3156/2025 que prohibió la distribución y el uso del lote N° 31.202. El producto, elaborado en diciembre de 2024 en la planta de Laboratorios Ramallo, presentaba bacterias como klebsiella pneumoniae productora de metalobetalactamasa (MBL), klebsiella variicola y ralstonia mannitolilytica.La distribución alcanzó a 16 provincias. Solo Santa Fe recibió 17.678 ampollas, Buenos Aires 15.637, Córdoba 1582 en seis instituciones y Formosa 14.065. En total, el Ministerio de Salud informó que se habían distribuido 540.000 ampollas de fentanilo de HLB Pharma, incluyendo partidas en revisión.El Instituto Malbrán confirmó múltiples falencias en la producción, con “deficiencias críticas” en el cierre y llenado de las ampollas. El Cuerpo Médico Forense, al analizar los primeros 20 fallecimientos, determinó que en 12 casos el fármaco no fue la causa directa de la muerte, pero agravó de manera fatal cuadros clínicos preexistentes. En otros, se estableció un “nexo causal fortuito” con la contaminación. Actualmente, se investigan más de un centenar de historias clínicas.Por Camila Súnico AinchilFentanilo MortalConforme aOtras noticias de Fentanilo Mortal”Empeoró drásticamente”. Denuncian que una niña de 11 años tiene daños permanentes tras ser tratada con fentanilo adulterado”Nunca más”. En medio de la pelea con Milei por el fentanilo contaminado, Kicillof se muestra con referentes de la saludFentanilo contaminado: el oficialismo busca trabar la creación de una comisión investigadora en Diputados