Otra vida para las flores de cempasúchil: qué puedes hacer con ellas después del Día de Muertos

El ciclo de vida del cempasúchil, emblema del Día de Muertos en México, no concluye con las festividades. Tras las celebraciones de noviembre, el Gobierno de la Ciudad de México ha puesto en marcha una campaña para promover el manejo responsable de esta flor, invitando a la ciudadanía a llevar sus ejemplares a centros de acopio y cultura ambiental.A través de su cuenta oficial en X, el Gobierno de la Ciudad de México informó que esta iniciativa busca reducir residuos orgánicos y contribuir a la conservación del suelo a través de una sana gestión de las flores de cempasúchil, según la información difundida por el Gobierno de la Ciudad de México a través de su cuenta oficial en X.La recolección de cempasúchil se realiza en varios puntos estratégicos de la capital. El Parque Ecológico de Xochimilco recibe flores en maceta, pétalos, tallos o sueltas, en la Caseta 1 ubicada en Anillo Periférico 1, Ciénega Grande, Xochimilco, del 8 al 31 de noviembre, de martes a domingo entre las 10 y las 16 horas.Además, los Centros de Cultura Ambiental Acuexcomatl, Ecoguardas y Yautlica funcionan como centros de acopio del 7 al 16 de noviembre, de 9 a 15 horas, en las alcaldías Xochimilco, Tlalpan e Iztapalapa respectivamente. La flor de cempasúchil, más allá de su función ornamental en las ofrendas, posee una historia que se remonta a la época prehispánica. Según la Representación de AGRICULTURA Puebla, su origen se sitúa en la región de Mesoamérica, donde crecía de manera silvestre y era cultivada por civilizaciones originarias. El Códice Florentino, documento del siglo XVI, ya la mencionaba. Entre los mexicas, el cempasúchil ocupaba un lugar central en altares y ritos funerarios. La costumbre de adornar sepulcros y espacios dedicados a los fallecidos con esta flor se consolidó con el tiempo, hasta convertirse en una tradición reconocida internacionalmente. La UNESCO declaró el Día de Muertos como “Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad”, subrayando la trascendencia de estas prácticas.La diversidad del cempasúchil era notable en la época prehispánica. Los pueblos originarios distinguían variantes: las flores dobles y de gran tamaño eran llamadas “hembras”, las más pequeñas “macho”, y existían también variedades diminutas, muy amarillas y de aroma intenso, conocidas como “cinco flores”.Esta riqueza botánica se mantiene en la actualidad, con la flor de cempasúchil presente en los campos de 27 de las 32 entidades federativas de México, desde Puebla hasta Yucatán y Zacatecas. En 2023, la producción nacional superó las 21 mil 355 toneladas, lo que equivale a dos millones de ejemplares.

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