Cada diciembre, la industria de la moda experimenta uno de sus mayores picos, impulsada por las festividades y la costumbre de regalar ropa. El consumo de prendas aumenta de manera significativa en esta temporada, reflejando una tradición que, aunque llena de color y entusiasmo, trae considerables consecuencias medioambientales según la información de la revista UNAM Global.Las compras de la industria textil aumentan en diciembreDurante noviembre y diciembre, la adquisición de ropa se eleva entre un 30 y 40% respecto al promedio anual. En Latinoamérica, aproximadamente el 70% de los regalos navideños son prendas de vestir. Sin embargo, la mitad de esa ropa nunca llega a usarse, lo que aumenta la acumulación innecesaria y el desperdicio de recursos.La mercadotecnia y las campañas comerciales de la temporada invitan a comprar y estrenar ropa, fenómeno potenciado por el auge de la llamada “moda rápida”. Este modelo de producción acelera el lanzamiento de colecciones y responde a las tendencias más efímeras, decisión que repercute directamente en los volúmenes de fabricación y la presión sobre el ambiente.El impacto de la moda tiene un grave impacto en el medio ambienteLa moda es una de las industrias más contaminantes del mundo. Cada año, usa 93 mil millones de metros cúbicos de agua, cantidad equivalente a lo que consumirían cinco millones de personas. Además, vierte medio millón de toneladas de microfibras al mar.Este consumo intensivo de recursos y energía se agrava en fiestas decembrinas. Como explica Rogelio Omar Corona Núñez, académico de la Facultad de Ciencias de la UNAM: “Todo el proceso de la producción textil —desde la siembra y obtención del algodón u otra materia prima hasta la producción de las prendas, el transporte, el almacenaje y el uso de la plancha en casa— tiene un costo ambiental muy alto”.La demanda por ropa nueva contribuye también a la explotación laboral en países donde se elaboran muchas de estas prendas. Corona Núñez recomienda reflexionar sobre el origen de lo que compramos, ya que existen “prácticas que pueden ser consideradas como esclavitud, se imponen jornadas laborales de 12 a 14 horas y se obliga a trabajar a los niños”.Alternativas: Ropa de segunda mano y opciones biodegradablesAnte este panorama, surgen alternativas para quienes buscan una Navidad responsable. La reutilización de ropa y la compra de prendas de segunda mano permiten extender la vida útil de los productos, reduciendo hasta en un 80 o 90% los daños ambientales, de acuerdo con los cálculos de Corona Núñez.Entre las opciones, de acuerdo con la información de la UNAM, están:Bazares y tianguis especializados en ropa usada.Plataformas en redes sociales donde es posible comprar, vender, rentar o intercambiar prendas en buen estado.Elecciones de calidad y durabilidad sobre cantidad y moda pasajera.Además, algunas marcas ya experimentan con materiales biodegradables, como celulosa extraída de coronas de piña o mezclas con madera, procurando que las prendas sean más fáciles de degradar al final de su ciclo de vida..Para Cristina Ayala-Azcárraga, experta en sostenibilidad de la UNAM, lo importante es “incentivar a que las personas adquieran usado, lo normalicen y se eliminen mitos nos ayuda a tener un consumo más sustentable”.
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