La Mona Jiménez hizo bailar y cantar a su público en el centro porteño

La Mona Jiménez cumplió 55 años de trayectoria y la Ciudad de Buenos Aires lo homenajeó con un gran recital al aire libre a metros del Obelisco porteño, con un escenario montado en Diagonal Norte. Si bien el recital tenía previsto su inicio a las 19, comenzó 40 minutos antes de lo anunciado. Aparentemente, se adelantó el comienzo debido a la gran cantidad de gente que se congregó. A las 18.20 aparecieron Carlos “La Mona” Jiménez y su banda frente a una verdadera multitud, mientras se proyectaban imágenes sobre el Obelisco. Según los cálculos, el recital duraría unos 90 minutos y entre los temas que podrían disfrutar estarían los clásicos “Beso a beso”, “Ramito de violetas”, “El Federal” y “Quién se ha tomado todo el vino”.50.000 personas disfrutaron del show de La Mona JiménezGerardo Viercovich“Llegué esta mañana desde Comodoro Rivadavia para ver a la Mona”, dijo eufórica Patricia, una mujer de 55 años que arribó desde su ciudad natal junto a su pareja y sus dos hijos adolescentes. Historias como esta se multiplicaron sobre los alrededores del Obelisco en los momentos previos al concierto que La Mona brindó en un gran escenario montado sobre la avenida Diagonal Norte.Un grupo de fanáticos, desplazándose en sillas de ruedas luce el outfit completo: sombreros, buzos, collares y pulseras con la imagen del ídolo. “Vinimos en tren desde José C. Paz para poder verlo. Vivimos de changas, así que no podemos pagar una entrada para un recital”, explicó Jonathan, quien llevó la voz cantante del grupo.La multitud, estimada en 50.000 personas, ocupó más de tres cuadras de la avenida Diagonal Norte. Los vendedores de souvenirs aprovecharon la previa de esta poco frecuente ocasión para ofrecer desde sombreros a banderas con la imagen del ídolo. Tampoco faltaron los vendedores de panchos y choripán, delicias infaltables en todo evento popular.Los fanáticos de La Mona llegaron al centro porteño desde distintos puntos del paísGerardo ViercovichJuan Carlos Jiménez Rufino, tal el nombre completo del cantante, nació hace 71 años en Córdoba, la provincia que lo coronó como su mayor referente en lo que respecta la cultura popular. No es inusual encontrarse en las calles de las ciudades de la provincia con murales donde se refleja la idolatría por el artista que suele presentarse en “bailes” multitudinarios donde el público cumple el ritual de armar una gran ronda y girar en parejas por la pista de cada uno de esos gimnasios inmensos y colmados de gente.“Tengo más de 1200 canciones grabadas y 200 hits de los que elegimos 22, que son los que voy a cantar para festejar mis 55 años de carrera con esta fiesta bien arriba, como se merece todo el país”, confesó el popular cantante. Como es costumbre, el vestuario lo realizó su hija Natalia, conocedora de los gustos de su padre. “Estoy feliz, tengo contento el corazón, salta de alegría. Hace muchos años canté en el Obelisco cuando se despidió Julio Bocca, canté ‘Balada para un loco’, pero esta vez voy a estar con mi grupo de cuarteto, que somos 13. La gente me va a dar tanta alegría que quizás se me escapa un lagrimón”, apuntó emocionado.La Mona Jiménez, en el centro porteño Gerardo ViercovichLa Mona Jiménez tiene 90 discos editados. Es el mayor embajador de la música cordobesa por excelencia. Sus primeros pasos en el espectáculo fueron cuando, con 15 años, se presentó en un casting que convocaba artistas para integrar el Cuarteto Berna. Ganó el puesto y, desde entonces, comenzó su camino al éxito. Con sus pasos y los movimientos de sus manos creó un estilo que hasta fue revisitado por experiencias de la danza contemporánea porteña. Con los años pasó al Cuarteto de Oro y, recién en 1984, inició la carrera solista que lo consagró. Sus shows de cada fin de semana, especialmente los que da en el Monumental Sargento Cabral, son verdaderos rituales cuarteteros con códigos de un folklore único que solo se da en la provincia mediterránea. Entre un andar que no conoce fronteras, en febrero pasado cerró la última edición del festival Cosquín Rock. Ahora, el desafío se traslada a un lugar emblemático de la ciudad de Buenos Aires por su historia y por su simbolismo en el imaginario colectivo.En medio de proyecciones y un gran despliegue, el cantante cordobés y su público desafían al fríoGerardo ViercovichLuego de probar suerte como cantante y bailarín de folklore, La Mona debutó en el Cuarteto Berna a los 15 años, luego de pasar un examen exhaustivo con los responsables de la agrupación de cuarteto característico, como se llamaba al género en los sesenta. En esos tiempos descollaban el Cuarteto de Oro, del que también formó parte, y Leonor Marzano, la pionera del género que fundó el Cuarteto Leo, íconos en el mundo del “tunga tunga”, como se suele llamar coloquialmente al cuarteto por el sonido de su métrica y rítmica musical.Con varios discos de oro y de platino y ganador de sucesivos premios Konex, Carlos Jiménez ha trascendido estratos sociales y los límites de su provincia para convertirse en un referente indiscutido de la música nacional. A lo largo de su carrera vendió más de 36 millones de discos y cantó junto a referentes de otros géneros como Charly García, Andrés Calamaro, Manu Chao, Alejandro Lerner, Palito Ortega y Rally Barrionuevo, entre otros. Aunque no es frecuente que ofrezca su música en Buenos Aires, no fueron pocos sus conciertos en el estadio Luna Park y en diversos reductos del conurbano bonaerense.El Obelisco le dio la bienvenida a La Mona JiménezPatricio PidalEl recital se transmitió en vivo a través de Vivamos Cultura.La Mona Jiménez se presentó a metros del ObeliscoGerardo ViercovichPablo MascareñoTemasCarlos “la Mona” JiménezRecitales y ConciertosBuenos AiresConforme a los criterios deConocé The Trust ProjectOtras noticias de Carlos “la Mona” JiménezCómo lo vivió su gente. El emotivo debut de La Mona Jiménez en Cosquín Rock: “Nos hace transpirar tristezas”Sin acuerdo con Schiaretti. Patricia Bullrich en Córdoba: reuniones para recuperar la unidad y noche de rock en CosquínPocos protocolos. Arrancó el Cosquín Rock y volvió la presencialidad con clima de fiesta

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