Luego de dos días en los que la atención pública estuvo centrada completamente en la situación judicial de Cristina Kirchner, el Gobierno busca retomar su actividad. El reordenamiento en la agenda se da ahora bajo la combinación dos preocupaciones: a la que la administración del Frente de Todos tiene desde hace meses por la grave situación económica, se suma ahora la de la posible condena de la vicepresidenta. Todo con la tensión de fondo en la coalición oficialista, que busca cerrar filas tras los alegatos del juicio por Vialidad.Desde que comenzó la semana, Alberto Fernández no tuvo agenda pública. El lunes suspendió un acto junto a Alexis Guerrera, el ministro de Transporte, y siguió de cerca el alegato del fiscal Diego Luciani. El martes hizo lo propio con el discurso de Cristina, cuya intervención calificó de “espléndida”. Hoy suspendió una visita a Catamarca y se mostró dando clases de derecho en la Universidad de Buenos Aires. El Presidente dará esta noche, por primera vez en mucho tiempo, una entrevista en una señal no oficialista, como es el caso de TN. En paralelo a la preocupación extendida por la situación de Cristina, en el oficialismo también están quienes posan su mirada sobre lo que puede pasar en las calles donde el mismo lunes, cuando la fiscalía del caso Vialidad pidió la pena de 12 años para Kirchner, llegaron a las inmediaciones de la casa de la exmandataria, en el barrio de Recoleta, ciudadanos a manifestarse a favor y en contra de ella. “Es una señal que hay que mirar sin alarmismos, pero con atención”, detalló un funcionario de Gobierno, con un corte moderado.En el oficialismo, si bien la mayoría se ajustó al discurso oficial sobre la “persecución judicial” a la vicepresidenta, argumentando que “no hay pruebas en su contra” y que la trama es más “política que judicial” a la que enmarcan en el “cronograma electoral” de cara a 2023, también hay quienes miran con preocupación lo que puede suceder en la calle. “Hay una situación económica muy delicada, no hay que dejar de ver eso. Lo de Cristina es muy grave, pero si la gente cree que nos enfocamos solo en eso y lo económico empeora estamos en un problema más serio”, confió un hombre del Ejecutivo que miró más allá de lo inmediato con el reclamo general por la posible condena de Kirchner en su primer juicio oral y público. Y que también se aferró a la agenda de Sergio Massa, que por estas horas suma nuevas reuniones.En el medio, en el Gobierno saben que tiene que lidiar precisamente con el impacto de los primeros movimientos de Massa, en línea con los ajustes ya decididos en algunas áreas. Y con la posibilidad cierta de que la inflación de agosto no logre una baja significativa respecto de la de julio, que con 7,4% fue la más alta en 20 años. “El combo no es fácil, hay recortes, la inflación no cede, ni va a ceder significativamente en el corto plazo y a eso se suma una calle”, define otro funcionario con sinceridad. Pese al escenario descripto, confía en que “a pesar de cómo se condensó todo, aún hay margen de acción a nivel político”, aunque admite que la principal preocupación pasa por el “escaso margen de tiempo” en el sentido de que, tras las malas noticias que puede haber por la inflación, se agrega la suba de tarifas. “Si la economía empieza a acomodarse y nos empieza a dar buenas noticias será muy sobre la fecha de las elecciones y habrá que ver si se pueden revertir las cosas”, advierte el funcionario consultado.En ese sentido, como la gran mayoría de los consultados en la coalición de Gobierno, la fuente apunta a la responsabilidad de Fernández por aferrarse a Martín Guzmán, el exministro de Economía que en el último tiempo en las distintas terminales del oficialismo se convirtió en el blanco preferido de toda la coalición. “Nos hizo perder mucho más de lo pensado”, aseguran tanto cerca como en las antípodas de Fernández.El mandatario, aseguran, evade responder a las críticas sobre el tema. En tanto que sobre eso y la situación judicial de Kirchner se espera que hable en TN, cuando se presente en A dos voces. La presencia, según cuentan cerca del mandatario, tiene que ver con la nueva incidencia del catalán Antoni Gutiérrez Rubí en su estrategia comunicacional. Va en línea, cuentan, con la nueva identidad que buscan imprimirle al mandatario en medio de tiempos agitados.Cecilia DevannaTemasFrente de TodosAlberto FernándezCristina KirchnerConforme a los criterios deConocé The Trust ProjectOtras noticias de Frente de TodosEncuesta exclusiva. Este es el problema que preocupa cada vez más a los votantes kirchneristasMarcha en Recoleta. Quién es el diputado K que fue detenido y enfrentó a los “odiadores y caceroleros”Disturbios en Recoleta. Un diputado oficialista fue detenido frente a la casa de Cristina Kirchner: cuál fue su explicación