escucharescucharPARÍS (Enviado especial).- Thiago Tirante, debutante absoluto en el cuadro principal de un Grand Slam, avanzó a la segunda ronda de Roland Garros con un meritorio triunfo sobre el neerlandés Botic Van De Zandschulp, vigesimoquinto preclasificado sobre el polvo de ladrillo de París. El jugador platense, de 22 años, proveniente de la clasificación, se impuso por 6-2, 4-6, 6-3 y 6-4 luego de 3h05m, sobre la cancha número 9. El europeo de 1,91 metros de talla, tuvo una jornada pobre con su servicio: doce doble faltas y trece oportunidades de quiebre para el argentino, que tomó siete de ellas.Tirante se enfrentará en la segunda ronda con el ganador del cruce entre el chino Zhizhen Zhang y el serbio Dusan Lajovic. Pero al margen del resultado, lo más curioso fue lo que ocurrió en el final de su partido, porque en un primer momento, Tirante no se dio cuenta de que había ganado. Luego de la devolución de Van De Zandschulp que quedó en la red, uno de los mejores de la nueva generación argentina sólo atinó a tirar la pelota del otro lado de la cancha imaginando que había ganado el game y arrancaba otro juego, con el saque de su rival. Incluso, ya se dirigía a buscar la toalla. Pero segundos después se percató de que los aplausos seguían y su contrincante estaba yendo a la red para saludarlo. Entonces, miró hacia su entrenador (Javier Nalbandian, el hermano de David), que le gritó que festejara, se agarró la cabeza evidenciando su desconcierto y, poco después, se dispuso a celebrar. Cuando cruzó al otro lado, festejó con el público e hizo el gesto de “estoy loco, no entiendo nada, yo no gané”.“Estaba muy concentrado en el punto por punto y ni estaba mirando en la pantalla para no cargarme de presión extra. Yo estaba convencidísimo de que era 4-3, de que había sacado ese saque 5-3, pero cuando fui a sacar la toalla lo miré al flaco a ver si estaba tenso o enojado para saber cómo iba a sacar en el 3-5, pero lo veo que estaba en la red, miro la pantalla que decía 6-4, me desorientó más, lo miro a Javi en el rincón de mi equipo, que me dice: ‘¡Bien! Andá a saludar’. Y eso me desconcertó más todavía. Y cuando fui a darle la mano a Botic le dije: ‘Perdón’, porque por ahí se lo tomaba a mal. No fue a propósito, estaba desorientado. Y cuando le fui a dar la mano al árbitro le pregunto: ‘¿Gané?’. ‘Sí, sí, terminó el partido’, me dice. Me sorprendió todo. Y para el partido fue mejor, porque no me cargué de presión extra y pude jugar los puntos un poco más sereno. Pero para la felicidad fue peor, porque no tuve tiempo ni para celebrarlo”, relató, sonriente, Tirante.El platense Thiago Tirante ganó su primer partido en un Grand SlamClive Brunskill – Getty Images Europe“De los nervios que tenía sólo trataba de pensar punto a punto, entonces no miré más allá. Era mi primera experiencia a cinco sets, entonces tenía un poco de miedo sobre cómo iba a responder mi cuerpo, mi mentalidad, mi tenis, si iba a caer mucho, si iba a poder mantenerme. Pero venía de jugar una qualy muy buena y tenía que seguir sosteniendo el nivel. Sabía que mi rival no venía teniendo buenos resultados en polvo de ladrillo. Sí que había hecho una final (perdió en Múnich con Holger Rune), pero que después le estaba costando. Lo había visto varias veces por la tele, sabía que en algún momento quemaba de cabeza, entonces sabía que tenía que mantenerlo ahí, trayéndole pelotas, porque en un momento no iba a querer jugar más. Y se dio”, expresó Tirante.Abril de 2021, cinco de los integrantes de la generación jóvenes de tenistas argentinos: Etcheverry, Juanma y Fran Cerúndolo, Tirante y Báez
Santiago Filipuzzi – Canon digitalEn abril de 2021, Tirante fue el protagonista de una producción armada por LA NACION con los cinco jugadores más destacados de la, por entonces, nueva camada. Los otros fueron Juan Manuel y Francisco Cerúndolo, Tomás Etcheverry y Sebastián Báez. De todos, Tirante fue al que más le costó “meterse”, como se suele decir. ¿Cómo lo afectó ver que sus compañeros de generación lograban superarse mientras él todavía seguía tratando de superar obstáculos? Así lo explicó: “Cuando a todos los chicos de tu camada los ves arriba, te das cuenta de que podés, pero a veces los resultados no ayudan y te lo podés tomar a mal. Podés preguntarte: ‘¿Soy malo?’. O te lo tomás en forma positiva, diciendo que si ellos pueden yo también. Y lo tomé de ese modo. No me cargué de una presión extra por decir que soy el último, pero sí es verdad que lo pensé cuando ves que otros ganan y vos no. Te agarra un poco de celos y pensar que querés estar en el lugar del otro, en el buen sentido. Yo sabía que si los chicos de mi camada estaban en un nivel alto yo no era menos y que era cuestión de tiempo. Que es, en realidad, porque sigo creciendo. Yo sabía que iba a llegar una victoria de estas, en un torneo de estos, aunque jamás me imaginé que sería en este torneo”.Cachin y Coria, por caminos opuestosEl cordobés Pedro Cachin logró su cuarto triunfo en un Grand Slam. El jugador nacido en Bell Ville venció al austriaco Dominic Thiem (actual 92° y finalista en el Abierto de Francia en 2018 y 2019) por 6-3, 6-2, 6-7 (1-7), 4-6 y 6-2, en 3h49m, y avanzó a la segunda ronda de Roland Garros.El invicto argentino de la segunda jornada se interrumpió con la derrota de Federico Coria por 7-6 (7-3), 6-7 (5-7), 6-3 y 6-3 ante el croata Borna Coric, en 4h12m. El balcánico será el rival de Cachin.La derrota de Federico CoriaSebastián TorokConforme a los criterios deConocé The Trust Project