No hay cantante, actor, presentador o pintamonas que no haya salido aún a hablar de la salud mental. Ninguno habla de la enfermedad mental ―ese pequeño cambio de concepto ya les alejaría de lo vendible―, sino de la salud mental, que es como se ha formulado el tema de cara a los medios y las elecciones. Si pudiera contar aquí los cambios de chaqueta que he presenciado. Algunas de las criaturas más impresentables de nuestro firmamento hablan de autocuidados y tiempo para si mismos. No es tema baladí, porque un trabajo en el que uno está expuesto y es juzgado continuamente vuelve loco a cualquiera. Llama más la atención, empero, que toda esta preocupación por el alma y la psique vaya siempre enfocada a uno mismo y esté, en esencia, vacía de autocrítica.Seguir leyendo