La brújula que marca el camino del independentismo catalán tintinea buscando el norte, en vísperas de la Diada de Cataluña. Las negociaciones que mantienen Junts per Catalunya y Esquerra Republicana por la investidura del presidente del Gobierno han acallado este año las tradicionales reivindicaciones épicas sobre unidad, perseverancia y firmeza que servían para calentar el ambiente en la previa de la populosa manifestación ciudadana que se convoca cada 11 de septiembre. En su pelea por dominar el campo de juego independentista, ERC y Junts reservan para la retórica y el escaparate de los mítines la idea de un frente común y robusto con el que reclamar en Madrid ganancias para Cataluña o dar alguna continuidad a lo que representó el procés.Seguir leyendo