Tras una insufrible negociación de casi 25 años, de idas y venidas y de temporadas cogiendo polvo en un cajón, fue la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, con su política proteccionista, lo que dio impulso hace un año a retomar el acuerdo entre la UE y el Mercosur. El pacto, que crearía la mayor zona de libre comercio del mundo y que estaba a punto de completarse definitivamente, pende sin embargo de un hilo por el rechazo de Francia y las dudas de última hora de Italia. Ahora, la aprobación de nuevas salvaguardas para los granjeros europeos y para los productos comunitarios, eleva la presión sobre la UE para que rubrique el acuerdo. Una presión avivada por las críticas del presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, el principal impulsor americano del pacto. “Si no es ahora”, ha advertido, “no habrá más acuerdos”.Seguir leyendo