Con la oposición unida y una economía en crisis, Rodríguez Saá intenta sostener su poder en San Luis con un candidato propio

escucharescucharSAN LUIS.-”Esta no es una elección más. Quienes se oponen a nuestro gobierno, sólo aspiran a destruir lo que construimos entre todos”, dice Alberto Rodríguez Saá, mirando a cámara y con el tono desafiante que ya es su marca registrada, en el spot más significativo de una campaña marcada por la incertidumbre sobre su resultado final.El gobernador de San Luis, que transita los meses finales de su cuarto mandato, pondrá en juego hoy la hegemonía política que, junto a su hermano Adolfo Rodríguez Saá, construyeron desde 1983. Ya sin su hermano, enrolado en esa “oposición destructiva” que pretende “destruirlo todo”, el mandatario provincial buscará extender otros cuatro años su dominio, esta vez a través de Jorge “Gato” Fernández, el delfín que eligió para la contienda que arranca a las 8 y promete extenderse hasta la madrugada en un conteo que se prevé tenso y tedioso.Cruzados por el viento chorrillero, que por momentos parece arrasar con todo lo que encuentra a su paso, y temperaturas por debajo de los 0 grados, cerca de 418.000 puntanos, habilitados a votar en las elecciones a gobernador y vice, legisladores provinciales e intendentes de todas las localidades de la provincia, darán su veredicto sobre la continuidad de un proyecto que nació hace cuatro décadas, sobrevivió a distintos gobiernos nacionales y que encuentra por estas horas a una oposición unida en torno al diputado opositor Claudio Poggi, dispuesto a marcar un antes y un después a partir de los resultados de la compulsa electoral.“Estamos ante una oportunidad histórica. O ganamos o siguen los mismos de siempre, los que te complican la vida”, reiteró a LA NACION Poggi, que fue gobernador entre 2011 y 2015 bajo el ala de los hermanos del poder puntano, y que en el final de aquel mandato rompió lanzas con el hoy gobernador.En base a un paciente trabajo de negociación, y la aplicación de un sistema de lemas que él mismo considera “cuasi tramposo” pero que le dio resultados, el peronista Poggi logró reunir en torno a su figura (y con listas separadas para el resto de los cargos) no sólo a los partidos que componen Juntos por el Cambio, sino además a un amplio abanico que va desde Libres del Sur y el socialismo, hasta dirigentes libertarios y el ex presidente Rodríguez Saá.Las encuestas que manejan en su búnker hablan de una diferencia cercana a los 12 puntos porcentuales sobre Fernández, aunque nadie da por sentada la victoria y el trabajo de reparto de boletas casa por casa y los preparativos para la fiscalización continuaron incluso durante la veda que comenzó en la mañana del viernes. También el alto porcentaje de indecisos y “embroncados” que muestran las encuestas, como los denomina el candidato opositor, son fuente de preocupación en el búnker de Poggi, que en la tarde del sábado envió un mensaje a los fiscales pidiendo sostener los controles “si es necesario, hasta las tres de la mañana” de la jornada del domingo.El gobernador Alberto Rodríguez Saá y su candidato Jorge “Gato” Fernández, esta semana en un acto en Villa Mercedes.Con el gobernador en deliberado silencio de radio desde la semana pasada, cerca de la lista de Fernández, cuya fórmula se integra con la también senadora nacional María Eugenia Catalfamo, hablan de una elección “muy pareja”, a diferencia del escenario de derrota inapelable que rondaba al oficialismo antes de la designación del candidato, el 6 de enero pasado. “Empezamos abajo, pero ahora estamos bien”, dicen cerca del candidato oficialista, que en su discurso de campaña osciló entre la reivindicación de lo hecho por el gobernador y la necesidad de “transformaciones” en rubros como la seguridad, la salud y el apoyo a los emprendedores del sector privado.Algunos datos de la economía puntana parecen darle la razón a la oposición en sus críticas al sistema “clientelar y de prebendas” que Rodríguez Saá profundizó, sobre todo, en estos últimos ocho años, ya lejos de aquellos proyectos iniciales tan ambiciosos como polémicos, como la ley de Cine, las réplicas en tamaño natural del Cabildo y la Casa Rosada, el mundial de ajedrez o el mástil más alto del país en la modesta localidad de Toro Negro, a unos 70 kilómetros de esta ciudad.Pobreza y empleo públicoEn el último informe que el jefe de gabinete, Agustín Rossi, dio en abril ante el Congreso, quedó detallado que los empleados públicos en San Luis subieron desde los 30.105 que había en 2015, a 45.682 en diciembre del año pasado. Es decir, un 51,7 por ciento de aumento. Para la oposición, los números oficiales incluso se “quedan cortos”. Sobre ese universo presionó el oficialismo, con promesas de pase a planta permanente de última hora, créditos a sola firma e incluso-aseguran desde la oposición-con dinero en efectivo a cambio del voto.Los números que aporta el Indec describen además una cruda realidad económica, con peores guarismos que la media de la región y del país. Los números del segundo semestre del año pasado marcan que el 45,2 por ciento de quienes viven en el gran San Luis son pobres, a quienes se le suman un 5,3 por ciento de indigentes. “Alberto decía que venía a cambiar las cosas y lo hizo. Hoy todo está peor”, suele criticarlo en privado su hermano Adolfo, quien sólo se hace cargo del período que gobernó la provincia, entre 1983 y 2001, con su hermano como pata legislativa en el Senado.Claudio Poggi y su compañero de fórmula, Ricardo Endeiza, durante la caravana de cierre de campaña, el jueves pasado.Los hermanos del poder puntano se culpan a distancia por el retorno de la ley de lemas, implantada por Adolfo en 1986 y restaurada por el hoy gobernador. Habrá, gracias a esa ley, más de 3500 candidatos en 127 sublemas del oficialismo, y 39 sublemas de la oposición, la mayoría en apoyo a Poggi para el rubro gobernador. Un universo que sin dudas complicará las cosas a la hora de contar los votos.Ni Poggi ni Adolfo creen que el alejamiento de Alberto Rodríguez Saá del kirchnerismo-Catalfamo rompió con el bloque de Cristina Kirchner en el Senado y el gobernador coqueteó con su par cordobés, Juan Schiaretti-sea total. De hecho, los ATN que percibió San Luis en los primeros cuatro meses de 2023 alcanzaron los $301 millones, más que en todo 2022. De todos modos, y a diferencia de lo que ocurrirá en Tucumán, ningún funcionario nacional prevé llegar hoy a la provincia, en lo que parece una estrategia para “provincializar” la elección y evitar el contagio con la mala imagen que el gobierno de Alberto Fernández tiene en San Luis.La misma táctica utilizó Poggi, quien acordó con Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y la cúpula radical no aparecer por San Luis antes de la elección. Con la previsión de su triunfo en carpeta, los dos contendientes de Pro (sobre todo el jefe de gobierno porteño, que le dio apoyo y cobertura nacional) ya le expresaron su deseo de llegar en la noche de hoy a felicitarlo por la victoria. Habrá que ver si los números, finalmente, convalidan la sensación de “fin de ciclo” que se respira en las calles puntanas.Jaime RosembergConforme a los criterios deConocé The Trust Project

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