El 25 de septiembre pasado, Miguel Díaz-Canel Bermúdez (Placetas, Cuba, 63 años) salía de Nueva York y aterrizaba a un mismo tiempo en las instalaciones del aeropuerto internacional José Martí y en el país con su crisis más grande desde 1959. Unas semanas después, descansado del viaje, se sentó en el set que parece ser su oficina de muebles de caoba en el Palacio de la Revolución junto a la periodista oficialista Arleen Rodríguez Derivet, en una entrevista pensada, ensayada, editada y transmitida al pueblo de Cuba en el horario de la noche.Seguir leyendo