En el corazón de Italia, la región de la Toscana emerge como un paraíso histórico y artístico. Los extensos campos de girasoles y viñedos dotan al paisaje de una belleza natural incomparable, qué combinado con las bellas ciudades y pintorescos pueblos, dan lugar a un destino único. Florencia, su capital, es reconocida mundialmente por ser el lugar de origen de figuras históricas como Leonardo da Vinci y Michelangelo. Además, es famosa por su impresionante arquitectura y sus museos, que albergan algunas de las obras de arte más importantes del mundo.Por otro lado, ciudades medievales como Siena y Pisa ofrecen un viaje al pasado a través de sus estrechas calles empedradas, narrando historias de siglos pasados y mostrando la riqueza cultural de la región. En este sentido, entre viñedos, campos de trigo y pueblos antiguos, se alza la bella localidad de San Gimignano, una villa italiana que acoge uno de los conjuntos medievales más impresionantes del país transalpino. Su horizonte constituye una de las estampas más singulares de Europa, pues muestra hasta 13 imponentes torres, lo que le ha valido para ganarse el sobrenombre de la Manhattan medieval.Te puede interesar: El castillo del siglo XII que es uno de los más impresionantes de Europa: pertenece a la misma familia desde hace 850 añosHasta 72 torres: un símbolo de poderSan Gimignano, en Italia (Shutterstock).La historia de San Gimignano se remonta al siglo III a.C., aunque fue durante la Edad Media cuando la ciudad alcanzó su máximo esplendor gracias a su ubicación en una ruta comercial crucial entre Florencia y Siena. No obstante, hay otros que prefieren nadar en la fantasía y dar otro origen a la ciudad. Tal y como recoge su portal de turismo, la localidad tiene su origen en el año 63 a.C. cuando “dos hermanos, Muzio y Silvio, dos jóvenes patricios que escapaban de Roma tras su implicación en la conjura de Catilina, se refugiaron en Valdelsa y construyeron dos castillos: el Castillo de Mucchio y el Castillo de Silvia”, explica.Historias aparte, San Gimignano adoptó una gran importancia a principios del milenio gracias a que era un lugar de paso en la Vía Francigena, una ruta para los peregrinos que viajaban a Roma, principalmente, desde Francia. Aunque su mayor esplendor no llegaría hasta la Edad Media, cuando entre los siglos XII y XIII, las familias adineradas competían entre sí construyendo torres cada vez más altas como símbolo de su poder y riqueza, lo que le ha otorgado su característico perfil urbano que hasta hoy se mantiene.Te puede interesar: El pueblo de Soria que es uno de los más bonitos de España: arquitectura tradicional en mitad de un parque nacionalEn su día la localidad llegó a albergar hasta 72 torres, hoy tan solo se conservan 13. Estas reflejan el poder económico de cada familia y se distribuían en tres niveles. En la planta baja se ubica el taller o comercio familiar, en el primer piso se localizaban las habitaciones, y el último piso estaba destinado a la cocina.San Gimignano, en Italia (Shutterstock).Este conjunto monumental constituye uno de los más especiales de Italia y el viajero no se puede marchar sin visitar la torre del Diablo, la torre Rognosa, la más antigua; y la torre Grossa, la más alta. Esta última ofrece una panorámica espectacular de San Gimignano y los valles de Toscana, siendo un punto obligado para quienes desean contemplar el paisaje toscano desde las alturas.Un paseo por San GimignanoPero los encantos de San Gimignano no se quedan aquí, pues su casco histórico atesora otros monumentos y rincones mágicos que quitan el aliento. De hecho, es desde 1990 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Así, destacan espacios como la Piazza della Cisterna, con su pozo medieval, y la Piazza del Duomo, los cuales son centros neurálgicos de la vida en la ciudad, rodeados de edificios históricos y llenos de un encanto que parece detener el tiempo.Te puede interesar: El pueblo español conocido como la ‘capital del mundo’ que está rodeado de hasta 250 cuevasSan Gimignano, en Italia (Shutterstock).Otra parada obligatoria es el Duomo de San Gimignano, una imponente catedral situada en la ya mencionada plaza. Esta construcción es una de las más especiales de la villa y destaca por su fachada lineal, sin adornos, y por sus preciosos frescos del siglo XIV que guarda en su interior. Cabe destacar también el Palazzo Comunale, un edificio que hoy acoge un museo y una galería de arte.